El mandato de Mario Draghi al frente del BCE está llegando a su fin y se ha asegurado de salir con éxito. Los signos de desaceleración económica en la Zona Euro se han ido acumulando desde hace algún tiempo, mientras que la inflación se mantiene obstinadamente por debajo del objetivo de estabilidad de precios del 2,0%. En la reunión de septiembre, se aprobó una nueva ronda de compras mensuales de activos, se redujo aún más el tipo de interés de los depósitos hasta situarlo en -0,50%, frente a -0,40%, y se flexibilizaron las condiciones que rigen el programa de LTRO en apoyo a los préstamos bancarios.
Estas decisiones consolidan la postura ultralaxa del BCE en materia de política económica en un futuro próximo. El efecto más obvio es el de mantener un límite cada vez más bajo sobre los tipos en un momento en el que los inversores están deseosos de reducir el riesgo. De hecho, 2019 está demostrando ser un año excelente para la renta fija. Sin embargo, con la mayoría de los bonos del Estado de la Zona Euro con rendimientos negativos - en el caso de Alemania hasta los 30 años -, los inversores están aumentando el riesgo de crédito sin tener en cuenta la posibilidad de que se produzcan consecuencias adversas a largo plazo.
Estamos viviendo tiempos verdaderamente anómalos. En muchas carteras, los bonos corporativos de grado de inversión han tomado el relevo de los bonos soberanos como el componente básico de la parte de renta fija. Y dado que el impulso de las políticas hace cada vez más difícil que los gestores activos añadan valor, las propuestas de seguimiento de índices de bajo coste se están convirtiendo en la opción de inversión más adecuada. Esta es una buena noticia para los proveedores de ETFs con una buena oferta de productos de bonos y un incentivo para que los que aún no los tengan la construyan.
iShares, que cuenta con una cuota de mercado del 60% de los ETFs de renta fija en Europa, ha cosechado grandes beneficios hasta ahora en 2019. Muchos de los ETFs de mayor flujo en Europa este año son fondos de bonos iShares. De ellos, el ETF de bonos corporativos iShares Core EUR Corporate Bond ha atraído más de 4.000 millones de euros en fondos netos hasta finales de septiembre y su patrimonio supera los 12.000 millones de euros, lo que lo convierte en el mayor ETF de bonos de Europa.
Al seleccionar un ETF, el índice es el factor más importante a considerar. Puede haber muchas variaciones en las reglas de construcción, incluso entre los índices de la misma casa, y esto conduce a resultados diferentes. El ETF de iShares sigue el índice Bloomberg Barclays EUR Corporate Bond. Esta referencia establece un mínimo de 300 millones de euros en circulación para los bonos individuales. Además, no hay límite en el número de bonos elegibles para la selección. La distribución por sectores es de aproximadamente el 50% en el sector financiero, el 40% en el industrial y el 10% en el de servicios públicos. Los criterios flexibles de construcción del índice permiten una amplia diversificación en términos de emisores, lo que lo convierte en una opción interesante para los inversores que buscan un fondo pasivo de bonos corporativos normal y corriente para desempeñar un papel fundamental en una cartera. El fondo tiene una calificación Morningstar Analyst Rating de Silver.
Los ETFs competidores que siguen el mismo índice Bloomberg Barclays incluyen el Xtrackers EUR Corporate Bond, el SPDR Barclays Euro Corporate Bond y el Vanguard EUR Corporate Bond. Mientras tanto, el Amundi Prime Euro Corporates ETF - la última incorporación al mercado - sigue el rastro de un índice Solactive que aplica un saldo vivo mínimo más alto de 500 millones de euros, pero tiene un coste muy competitivo de sólo el 0,05%. Otras alternativas se centran en los segmentos de mayor capitalización o más líquidos del mercado y, por lo tanto, son propuestas de inversión con un mayor sesgo defensivo, lo que significa que pueden ofrecer un menor rendimiento, aunque en beneficio de una menor volatilidad.
Aunque la búsqueda de rendimiento sigue siendo tan popular como siempre, hay inversores que expresan su preocupación por la carga excesiva de riesgo de crédito o de larga duración en el entorno actual. Afortunadamente, la gama de ETFs en Europa ofrece opciones para satisfacer una variedad de necesidades.
Por ejemplo, algunos inversores pueden sentirse cómodos con una propuesta que incluya todos los vencimientos, pero desean evitar los bonos corporativos emitidos por entidades financieras, ya que éstas suelen conllevar el mayor riesgo de crédito. Estos inversores pueden elegir entre varios ETFs que excluyen a las entidades financieras (vea tabla adjunta).
Otros inversores pueden considerar que la recompensa esperada de ir a todos los vencimientos en este entorno de rendimientos ultra-bajos difícilmente vale la pena aumentar el riesgo de duración media de la cartera. Para ellos existen varios ETFs que ofrecen exposición a los segmentos de corto plazo del mercado de bonos corporativos (vea tabla adjunta).
Nota: La información utilizada en este artículo ha sido extraída de nuestra plataforma para inversores profesionales Morningstar Direct. Si es inversor profesional y quiere saber más sobre Morningstar Direct haga clic aquí