La proliferación de ETFs está obligando a los inversores a reforzar su “due diligence”. Se trata de un proceso multinivel que incluye el análisis de los numerosos ETFs disponibles y de los proveedores que los ofrecen.
Morningstar realiza regularmente análisis en profundidad de los proveedores más importantes en Europa.
Nuestros resultados se recogen en un estudio transversal titulado "A Guided Tour of the European ET Marketplace". En su tercera edición, esta guía ofrece una visión general de las técnicas de gestión de cartera utilizadas por los patrocinadores de ETFs, así como información clave sobre sus prácticas de gestión de inversiones.
Esta semana analizamos a Vanguard.
Aunque Vanguard ha estado activo en el mercado de ETFs de Estados Unidos desde el 2001, lanzó su negocio de ETFs en Europa en 2012. Vanguard, que entró tarde en el mercado europeo de ETFs, respaldado por su sólida reputación al otro lado del Atlántico, se ha establecido rápidamente como un jugador de primera fila a tener en cuenta, y ello a pesar de ofrecer una gama de productos mucho más limitada que la de sus competidores directos. En la actualidad ha crecido hasta convertirse en el sexto mayor proveedor de ETFs de Europa, con una cuota de mercado del 4,6% a fecha de mayo de 2019.
Tenemos a Vanguard en alta estima. La fuente de la ventaja competitiva de la empresa y la base de su cultura, centrada en el inversor, es su particular estructura de propiedad. Los accionistas del fondo son propietarios de Vanguard a través de sus fondos, lo que obliga a la firma a poner en primer lugar los intereses de los accionistas de los fondos.
Se especializa en ETFs sencillos y de bajo coste que se adaptan bien como componentes básicos de las carteras de los inversores. Sin embargo, a pesar de su reputación de inversión a bajo coste, en Europa, Vanguard rara vez ofrece el ETF de menor coste para un determinado tipo de activo, aunque sí "uno de los más bajos".
La oferta de ETFs de Vanguard, de 25 ETFs, es exclusivamente física y ofrece a los inversores acceso a amplios mercados de renta variable y renta fija. Esto incluye también cuatro ETFs de renta variable gestionados activamente. Para los ETFs de renta variable, los gestores de cartera utilizan dos técnicas: la replicación completa y la optimización. Para los ETFs de renta fija, la metodología de replicación por defecto es el muestreo estratificado.
Al centrarse en productos simples, la oferta de ETF de Vanguard puede no ser suficiente para cubrir todas las necesidades de los inversores. Y los beneficios para los inversores de traer productos adicionales (ETFs sobre el Euro Stoxx 50 y el DAX) sin comisiones más bajas a un mercado ya saturado son cuestionables.
Dicho esto, confiamos en el equipo de indexación que cuenta con buenos recursos. El proceso de gestión de los fondos es eficiente y está estrictamente controlado en cuanto al riesgo operacional.
Arrastrando los pies
En comparación con otros grandes gestores de activos, Vanguard se ha mostrado reticente en el área de la gestión, aunque ha intensificado sus esfuerzos últimamente, aumentando su equipo de gestión de 10 profesionales en 2015 a 33 en 2018.
Es un paso en la dirección correcta, pero dada su escala, esperamos que Vanguard aumente aún más sus capacidades, especialmente fuera de su mercado nacional, y que desempeñe un papel más influyente en la mejora de los estándares de ESG en general. También hay un margen significativo de mejora en lo que se refiere a la divulgación de su participación. La divulgación de las razones que justifican los votos controvertidos también sería bienvenida.
La mayor parte del personal del equipo de gestión tiene su base en los EE.UU., aunque el establecimiento de un equipo europeo de gestión de inversiones con sede en Londres demuestra un compromiso con la expansión de las actividades de participación no estadounidenses.