En un entorno de bajos tipos de interés, buscar rentabilidad para la parte de renta fija de una cartera se ha convertido en un ejercicio complicado. Unas de las posibles opciones, aunque no exentas de riesgo, sobre todo por el lado de las divisas, es la renta fija emergente. A continuación, hemos destacado tres fondos con un rating cualitativo Morningstar positivo.
Neuberger Berman Emerging Market Debt Hard Currency
Neuberger Berman Emerging Market Debt Hard Currency sigue siendo uno de nuestros fondos favoritos en la categoría Morningstar de bonos de mercados emergentes mundiales debido a la experiencia del equipo gestor en el mercado de bonos y un historial por encima de la media. Mantenemos nuestra calificación Morningstar Analyst Rating de Silver.
A principios de 2013, los codirectores de deuda de los mercados emergentes, Rob Drijkoningen y Gorky Urquieta, se cambiaron de NN Investment Partners a Neuberger Berman. Finalmente, 18 de los 27 miembros del equipo siguieron su estela, incluido el gestor principal de este fondo, Bart van der Made.
Drijkoningen, Urquieta y Van der Made ya trabajaban juntos en NN IP desde 2000, donde acumularon un sólido historial. El equipo y el proceso de inversión han permanecido en gran medida intactos después del paso a Neuberger Berman, lo que hace que el historial a largo plazo del fondo anterior sea un buen indicador de lo que los inversores pueden esperar en este fondo.
El equipo se centra en la selección bottom-up de países, con una gestión beta top-down, el posicionamiento de la duración y la asignación corporativa que desempeña un papel secundario. Las directrices internas del fondo otorgan a los gestores un alto grado de libertad. Esto permite invertir en empresas emergentes fuera del índice de referencia (hasta un 15%) y en bonos fuera del benchmark (normalmente entre un 25% y un 40%). A diferencia de algunos competidoress, la exposición a monedas de mercados emergentes o a bonos denominados en monedas locales está prohibida. Consideramos que se trata de un proceso sólido que se ha llevado a cabo con gran eficacia a lo largo del tiempo.
Van der Made ha gestionado este fondo desde su creación en junio de 2013. Hasta noviembre de 2017, ha superado tanto la media de los rivales activos y pasivos como el índice. El fondo ha sido más volátil que su índice, lo cual se debe a su sobreponderación en bonos de alto rendimiento y a su exposición a empresas emergentes fuera del índice de referencia.
La rentabilidad ajustada al riesgo se sitúa en el quinto percentil superior de la categoría, medido por la ratio de Sharpe. La larga y sólida trayectoria de los gestores en su anterior empresa refuerza nuestra confianza. Desde enero de 2017, Neuberger Berman ha reducido sus comisiones para toda su gama de fondos de deuda de mercados emergentes. Acogemos con satisfacción esta medida, aunque observamos que sólo alinea el nivel de las comisiones de este fondo con el de la competencia.
GAM Multibond Local Emerging Bond
Los inversores están en buenas manos en este fondo. El gestor principal, Paul McNamara, tiene dos décadas de experiencia y se hizo cargo de esta estrategia desde su inicio en el año 2000. McNamara cuenta con el apoyo de la cogestora, Denise Prime, que se incorporó en 2010, un subgestor de carteras, y dos macroeconomistas, uno de los cuales fue contratado en 2018.
Lo que le falta a este equipo en tamaño, lo compensa con su experiencia, y apreciamos su núcleo estable de responsables en la toma de decisiones. Sin embargo, aunque hasta ahora este equipo no se ha visto afectado por el plan de despidos puesto en marcha por GAM en 2018, las responsabilidades de McNamara han aumentado. A partir de diciembre de 2018, tres especialistas en bonos de mercados emergentes en monedas fuertes, que anteriormente sólo tenían una interacción limitada con el equipo de moneda local, dependerán de McNamara, y los equipos compartirán la responsabilidad de un fondo en moneda fuerte y una estrategia de deuda combinada de mercados emergentes. Es demasiado pronto para saber cómo se fusionarán los dos equipos a largo plazo, y también estamos pendientes de la carga de trabajo de gestión de Mc-Namara, aunque su amplia experiencia es reconfortante.
Sin embargo, la estrategia que se aplica a este fondo no ha cambiado y sigue siendo bastante flexible. Los gestores utilizan el JPMorgan GBI Emerging Markets Global Diversified Index como índice de referencia, acumulando selectivamente sobreponderaciones e infraponderaciones en países específicos que a menudo rozan el 10% de los activos. También entran voluntariamente en mercados no representados en el índice de referencia, pero cuando se trata de los segmentos más arriesgados y menos líquidos del mercado, como Egipto o Kazajstán, tienden a mantener el tamaño de sus posiciones en unos pocos puntos porcentuales.
En los últimos tres, cinco, diez y quince años, el fondo se sitúa en el quintil superior de la categoría Morningstar de los bonos de mercados emergentes en moneda local. También ha atraído la atención de los inversores; con más de 8.500 millones de dólares en activos a noviembre de 2018, su tamaño puede suponer un reto, aunque nos ha animado la decisión del equipo de cerrar suavemente la estrategia cuando los flujos de entrada se convirtieron en un reto en 2011 y 2012.
Menos alentador, sin embargo, es la elevada comisión del fondo, del 1,30%, que lo convierte en uno de los más caros de su categoría. El fondo obtiene una calificación Morningstar Analyst Rating de Bronze.
Con un núcleo estable de gestores, aplicando un proceso de inversión comprobado que se centra en al limitar las pérdidas, este fondo obtiene una calificación Morningstar Analyst Rating de Bronze.
El equipo de deuda de lmercados emergentes de BlackRock experimentó un cambio significativo a mediados de 2012, a raíz de la contratación del jefe de equipo Sergio Trigo Paz y su equipo de BNP Paribas. Michel Aubenas es el gestor principal del fondo y marca la pauta de los bonos soberanos en moneda fuerte. Él y Trigo Paz han estado trabajando juntos desde 2010, lo que proporciona continuidad en este fondo, aunque notamos que el equipo más amplio de mercados de deuda emergente, fuera del grupo de divisas fuertes, ha sufrido cierta rotación en los últimos cinco años.
El proceso combina el conocimiento del entorno global con un análisis exhaustivo de los países. Trigo Paz implementó un proceso similar en BNP Paribas en 2009. Los gestores son también conscientes del impacto potencial de los factores globales exógenos sobre los bonos de los mercados emergentes y, por lo tanto, emprenden un análisis continuo de los escenarios para fundamentar su opinión sobre el sentimiento de los mercados.
La filosofía de inversión está orientada a limitar las pérdidas; para ello, el gestor dispone de un margen de maniobra significativo frente al índice para gestionar la duración del fondo, la beta y, en menor medida, la asignación a cada país. Eso no quiere decir que el fondo rehúye totalmente del riesgo. Su cartera puede incluir exposición a mercados fronterizos menos líquidos que el equipo considera que están respaldados por temas de inversión específicos o consideraciones de valor relativo, como lo ilustran sus sobreponderaciones en países como Omán, Egipto y Ghana. Los credit default swap de mercados emergentes y los futuros de tipos de interés de EE.UU. o de la Zona Euro también pueden utilizarse para la cobertura de riesgo de crédito y/o de tipo de interés.
A lo largo del mandato del equipo desde 2012, esta mezcla de apuestas audaces y cautelosas ha permitido al fondo construir un sólido récord ajustado al riesgo frente a sus homólogos de su categoría Morningstar, aunque no ha superado al índice JPM EMBI Global Diversified. Como era de esperar, las pérdidas del fondo en los mercados bajistas, como en 2013, han sido menos pronunciadas que las de sus homólogos. En definitiva, la aplicación efectiva de un proceso activo pero controlado por el equipo hace que esta sea una oferta sólida dentro de su categoría.