El crecimiento inexorable de los fondos indexados en Europa a expensas de los fondos gestionados activamente siguió haciéndose sentir en enero. En las principales clases de activos, acciones y bonos, los vehículos pasivos fueron los productos preferidos por los inversores en Europa. Los fondos indexados de renta fija continuaron su racha ganadora, alcanzando los 8.700 millones de euros frente a los 6.900 millones de euros que se destinaron a los fondos de renta fija gestionados de forma activa.
Mientras que la saludable demanda de categorías flexibles y diversificadas permitió que los fondos de bonos gestionados activamente volvieran a terreno positivo en cuanto a flujos, los inversores continuaron prefiriendo una exposición beta barata cuando se trata de fondos de bonos gubernamentales.
Por lo que respecta a la renta variable, el contraste fue aún mayor, ya que los fondos gestionados de forma pasiva recibieron flujos por valor de 5.100 millones de euros, mientras que los productos de renta variable gestionados de forma activa sufrieron reembolsos netos de 5.100 millones de euros. Las considerables amortizaciones de renta variable mundial y británica, así como de fondos europeos de gran capitalización, fueron el principal motor de las salidas de los vehículos gestionados activamente.
Curiosamente, si bien tanto los fondos de renta variable mundial gestionados de forma activa y pasiva como los fondos de renta variable de los mercados emergentes mundiales disfrutaron de una demanda considerable, los flujos de entrada a los vehículos pasivos superaron a los de los vehículos activos por un amplio margen.
La difícil situación de la gestión activa se pone aún más de manifiesto en la escasa rentabilidad de los fondos mixtos y de gestión alternativa. Los fondos mixtos gestionados activamente sufrieron reembolsos por valor de 3.100 millones de euros. Los fondos que se encuentran en las innumerables categorías mixtas en euros fueron el principal impulsor de las salidas de dinero de los fondos mixtos. El hecho de que los fondos mixtos conservadores tuvieran un rendimiento deficiente en 2018, un momento en el que se podría decir que los inversores necesitaban protección a la baja, no pasó desapercibido.
Los fondos de gestión alternativa fueron aún peores en enero, con una pérdida neta de 6.800 millones de euros. Las tres categorías alternativas más importantes -multistrategy, long/short debt y equity market neutral- sufrieron los mayores reembolsos, de 2.200 millones de euros, 2.300 millones de euros y 1.000 millones de euros, respectivamente.
Una importante conclusión del documento de análisis publicado recientemente por Morningstar, "Cross-Border Liquid Alternative Fund Landscape 2019", es que muchas de las estrategias alternativas están luchando por alcanzar sus objetivos de rentabilidad. Muchos inversores parecen haberse dado cuenta de que más del 80% de los fondos alternativos, que a menudo se fijan objetivos de rentabilidad absoluta, han sufrido pérdidas en 2018.
Los fondos alternativos pasivos, que captaron entradas por valor de 250 millones de euros, son en su mayoría ETFs inversos y apalancados y, por lo tanto, no son comparables con los fondos alternativos de gestión activa que imitan a los fondos hedge.
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