El mercado europeo de fondos sostenibles registró unos flujos netos de 38.000 millones de euros en 2018, frente a los 62.400 millones de euros del año anterior. Sin embargo, el descenso del 39% en las aportaciones netas de nuevos fondos fue menor que la caída del 80% sufrida por el conjunto del universo de fondos europeos.
Los fondos sostenibles pasivos representaron un tercio de los flujos de entrada, unos 12.500 millones de euros, frente a los 11.600 millones de euros en 2017.
A pesar de los flujos positivos, los activos gestionados en fondos europeos sostenibles se redujeron un 0,4%, hasta los 726.000 millones de euros a finales de 2018. Esto se compara con un descenso de los activos totales de los fondos europeos del 3,9% en lo que puede describirse como un año tumultuoso, con una elevada volatilidad de los mercados y descensos de las cotizaciones y de los precios de los bonos. El S&P 500 cayó un 4,4%, el MSCI Europe un 10,6% y el Bloomberg Barclays Aggregate Corporate un 2,2%.
Los fondos pasivos sostenibles han resistido, sin embargo, esta tendencia general, con un aumento de los activos del 4,0% hasta los 90.700 millones de euros. Los fondos indexados y los fondos negociados en bolsa con un mandato ESG representan actualmente el 12,5% del mercado europeo de fondos sostenibles, frente al 6,8% de hace cinco años.
El universo de los fondos sostenibles sigue creciendo
Mientras tanto, el universo de fondos de inversión sostenibles continuó expandiéndose en Europa en 2018, haciendo más fácil que nunca invertir en sostenibilidad e impacto.
Un récord de 296 nuevos fondos y ETFs fueron lanzados durante el año, comparado con 260 en 2017 y 166 en 2016. Del mismo modo, el número de lanzamientos de fondos sostenibles pasivos alcanzó un récord de 48, incluyendo 36 ETFs.
Por clase de activos, 150 de los nuevos fondos eran fondos de renta variable, 52 eran fondos de bonos, 86 eran fondos mixtos y 8 fondos alternativos.
Reorientación de fondos
Cada vez más, los gestores de activos añaden criterios de sostenibilidad a los prospectos de los fondos existentes y, en algunos casos, haciendo referencia en el propio nombre del fondo, lo que indica un compromiso más significativo. Ejemplos recientes de fondos reasignados incluyen Templeton Global Climate Change Fund y AXA World Funds-Global Sustainable Aggregate Bonds.
La reorientación de los fondos para que tengan un mandato de sostenibilidad permite a los gestores de activos aprovechar los activos existentes para desarrollar sus actividades de fondos sostenibles, evitando así tener que crear fondos desde cero y, en algunos casos, acelerando el plazo necesario para alcanzar tamaño. Esto también puede ser una manera para que las gestoras revitalicen fondos en dificultades que están luchando por atraer nuevos flujos.
Costes a la baja
El lanzamiento de ETFs sostenibles a un precio muy competitivo representa un hito. IShares y L&G lanzaron ETFs con filtro ESG que son más baratos que la mayoría de los competidores tradicionales, con unos costes totales que oscilan entre el 0,05% y el 0,20% dependiendo de la exposición geográfica. Los ETFs excluyen a las empresas que operan en industrias controvertidas como el tabaco, las armas y la minería de carbón, además de las que violan los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.