En la mayoría de los encuentros que tengo con inversores muchas preguntas van dirigidas a saber si es más interesante invertir en una región u otra (especialmente, si es más interesante invertir en Europa o en Estados Unidos). Mi respuesta siempre va en el mismo sentido. Como uno no sabe qué región se va a comportar mejor que las demás (y teniendo en cuenta también que no podemos decir que hay una diferencia sustancial en las valoraciones de ambas regiones), lo más sensato es elegir un fondo que diversifique su cartera en todas las regiones y que sea el propio gestor (salvo si se trata de un fondo índice) el que decida dónde conviene infraponderar y en qué región merece la pena sobreponderar el portafolio. En definitiva, al gestor se le paga precisamente para que tome ese tipo de decisiones. No quiero decir que ésta es la “mejor” solución para el pequeño inversor, pero es sin duda la solución más cómoda y fácil de aplicar en la práctica.
Hay, sin embargo, otra alternativa que está al alcance del inversor, pero que exige algo más de iniciativa y de control por su parte. Se trata de invertir en cada una de las principales regiones (el sistema también se puede utilizar con sectores o estilos de inversión) para ir posteriormente, poco a poco, equilibrando la cartera en función del comportamiento de cada una de esas regiones. Si una región se comporta mucho mejor que el conjunto del mercado, se traspasa parte de las participaciones del fondo invertido en esa región hacia el fondo que menor rentabilidad ha mostrado en el periodo considerado. La estrategia suele dar mejores resultados cuando los fondos incluidos en la cartera tienen comportamientos muy distintos.
De esta forma no sólo se permite reducir posiciones en los mercados que más han subido (que se han vuelto más caros) y aumentar la exposición a los mercados que menos han subido (en teoría los más baratos) sino que también permite mantener un peso más o menos constante en cada una de las regiones evitando estar sobreponderado o infraponderado en alguna de ella.
Para aplicar correctamente esta estrategia es importante mantener un horizonte de varios años vista ya que es realmente a largo plazo donde ofrece todo su potencial. También hay que decir que La estrategia propuesta no sólo sirve para resolver la cuestión de “¿en qué región invierto?” sino también y sobre todo para ayudar al inversor a responder a la pregunta de “¿en qué activo invierto?”. Es decir, la estrategia del rebalanceo también sirve para repartir el portafolio entre los grandes tipos de activos (acciones, bonos y efectivo).