Construir una cartera centrada en valores de alta rentabilidad por dividendo tiene todo el sentido del mundo para el inversor particular teniendo en cuenta los bajos tipos de interés de la deuda con mayor rating. Pero hay ciertos errores que no conviene cometer.
Dejarse llevar por las rentabilidades demasiado altas
Las rentabilidades por dividendo demasiado altas a menudo reposan sobre unos pobres fundamentales. De hecho, un estudio reciente de Société Générale encontró que las “rentabilidades por dividendo anormalmente altas son generalmente un signo de peligro” y mostró que grupos de compañías con una rentabilidad ultra-alta eran más dados a tener una rentabilidad real más baja.
Olvidarse de las valoraciones
Generalmente cuando uno construye una cartera centrada en el dividendo compra acciones simplemente en función de su rentabilidad por dividendo, prestando poca atención a la valoración. Es un error. Uno siempre debe intentar comprar valores con un margen de seguridad, es decir, con un descuento importante (al menos un 10-15%) respecto a de la estimación de su valor justo.
No diversificar
Los valores con alta rentabilidad por dividendo tienden a estar concentrados en unos pocos sectores que normalmente tienen perspectivas de crecimiento débiles en el largo plazo (como utilities o telecos). Una cartera bien diversificada puede absorber el impacto del recorte puntual en el dividendo de una compañía. Añadir valores de rentabilidad más baja de otros sectores puede reducir su rentabilidad inicial, pero aumenta la sostenibilidad de su flujo de ingresos.
Planificar y olvidar
El inversor que quiera construir una cartera de dividendos bien construida debe ser paciente, pero no debe olvidarse de los eventos que pueden afectar a la política de dividendos de las compañías que tiene en cartera (por ejemplo, si una compañía pide prestado demasiado dinero para una adquisición grande o si la competencia se está comiendo los márgenes de la compañía, etc).
Ignorar el balance
Prestar demasiada atención a los ratios de beneficios y no suficiente a los del balance como apalancamiento, cobertura de intereses o deuda neta/EBITDA es un error muy común que realizan los inversores en dividendos. Conviene recordar que los acreedores tienen un derecho superior sobre los activos de la compañía que los accionistas y hay mayor probabilidad de que el dividendo sea recortado si están preocupados de no recibir el principal más los intereses. Una buena regla es ser muy escépticos con las compañías con ratios de cobertura de intereses (EBIT/intereses) menor a 3 o ratios de deuda neta/EBITDA mayor a 2.
Pensar que los dividendos son iguales a los intereses
Pensar que los dividendos son iguales a los intereses es un gran error. A diferencia de los intereses de un bono, la compañía no tiene la obligación de pagar estos dividendos, y a diferencia de los bonos, la compañía no está obligada a devolver lo invertido en una fecha determinada.
Ignorar las señales de peligro
No prestar atención a los signos de un dividendo en peligro, como la caída del ratio de crecimiento del dividendo, puede llevar a rentabilidades por debajo de la media. Cada trimestre, revise el estado financiero de las compañías que tiene en cartera para asegurarse de que no están surgiendo signos de peligro.