Muchas veces me preguntan mi opinión sobre el debate entre gestión activa y gestión pasiva. Siempre repito que en Morningstar no somos partidarios de una forma de invertir frente a la otra. Lo que sí tengo claro es que la opción de la gestión pasiva es mucho más fácil de aplicar para el inversor particular que la de la gestión activa. Es más fácil elegir un “buen” fondo pasivo que un “buen” fondo activo (aunque la selección de un buen ETF también tiene su trabajo como indicábamos en este artículo).
Pero el debate entre gestión activa frente a gestión pasiva está, en mi opinión, falseado. Los defensores de los fondos índices y de los ETFs argumentan que pocos fondos de gestión activa baten a sus índices de referencia a largo plazo. Y tienen razón. En la ilustración adjunta, que corresponde al mercado americano, vemos el porcentaje de fondos de un determinado estilo de inversión que han batido a su correspondiente índice Morningstar a 3 y 5 años.
Habría que ver si los fondos se han mantenido fiel a su estilo de inversión ya que un fondo de grandes compañías value que hubiera invertido una pequeña parte de su cartera en compañías de crecimiento habría fácilmente batido al índice Morningstar Large Value. Pero esa es otra cuestión. Lo que está claro es que viendo estos datos, uno podría concluir que la gestión pasiva bate a la gestión activa. Y es aquí dónde creo que hay que introducir un matiz importante. Al realizar estas comparativas, consideramos que todo lo que no es pasivo es, por definición, activo. Error. Hay muchos fondos que cobran comisiones como si fueran fondos activos, pero que se limitan a seguir más o menos de cerca el índice de referencia. Son los denominados closet indexers (lea este artículo, por ejemplo, para saber más sobre ellos).
En la comparativa entre gestión activa y gestión pasiva habría, por lo tanto, que descartar estos fondos que difícilmente pueden batir a su benchmark.
También habría que separar aquellos fondos que tienen en realidad un benchmark personalizado y que también desvirtúan la comparativa. Pongamos el ejemplo de un gestor de renta variable español que ha decidido incorporar un 20% de small caps dentro de su cartera simplemente replicando un índice de small caps españoles. El 80% restante sigue más o menos el IBEX 35. Pues bien, si comparamos los resultados de este gestor (en rojo) con los demás fondos de renta variable española podríamos concluir que es un excelente gestor activo puesto, como vemos en el gráfico, ha batido claramente al índice de su categoría (en verde)… aunque en realidad es un fondo pasivo 80% IBEX + 20% MSCI Spain Small Caps.
En conclusión tanto la presencia de closet indexers como de fondos que tienen un benchmark personalizado dificulta seriamente la comparativa entre gestión activa y gestión pasiva.