El dividendo es un factor central en la valoración de una empresa, y a menudo es un elemento esencial utilizado por los inversores para determinar los méritos de una inversión. Pero centrarse únicamente en los dividendos puede llevar a trampas de valor y a una rentabilidad decepcionante a largo plazo.
Así, un inversor europeo que sólo se hubiera fijado en la rentabilidad por dividendo de los últimos años habría evitado el sector tecnológico, que ha tenido una rentabilidad superior, y habría favorecido las telecomunicaciones o los servicios públicos, con resultados menos satisfactorios.
En resumen, el dividendo es importante, pero creemos que los inversores deberían considerar otros elementos para evitar cometer un error: la sostenibilidad del crecimiento de los dividendos y la tasa total de distribución (que tiene en cuenta la recompra de acciones).
En el siguiente gráfico se muestra el comportamiento de los diferentes sectores europeos en los últimos diez años, teniendo en cuenta la distribución total a los accionistas.
Mirar en el retrovisor puede proporcionar algunas lecciones útiles, pero no permite construir una estrategia para los años venideros.
La sostenibilidad del rendimiento total en determinados sectores es objeto de un intenso debate y sigue siendo difícil de predecir. Apple, Alphabet (Google), Facebook o Microsoft tienen una fuerte influencia en el destino del sector tecnológico a nivel mundial, por lo que la sostenibilidad de los dividendos del sector depende en gran medida de estas pocas empresas y, por tanto, de la calidad de su estrategia y de su capacidad para defender su posicionamiento competitivo.
También es importante considerar siempre el ciclo de capital de un sector. Siguiendo el argumento anterior, la tasa de inversión y las presiones competitivas pueden hacer cambiar la dinámica de rendimiento total de un sector.
También puede desarrollarse a nivel de países. Por ejemplo, la renta variable estadounidense, donde la tecnología representa alrededor del 25% del índice, difiere de la italiana, donde los servicios financieros y la energía representan alrededor del 55% de la capitalización bursátil del país. En otras palabras, unos pocos sectores pueden cambiar radicalmente el perfil y la sostenibilidad del rendimiento total.
Sobre la base de estos pocos elementos, el siguiente gráfico presenta nuestras previsiones de rentabilidad a 10 años por sectores en Europa, así como la rentabilidad por dividendo actual. Pero al final, es el nivel de valoración y el nivel de distribución total de un sector el que más contribuye a su rendimiento futuro.