En nuestro país, la oferta de fondos sectoriales es cada vez más amplia y cada vez más especializada, tanto por subsectores como por áreas geográficas. Pero, en términos de patrimonio, esta clase de fondos no acaba de “cuajar” y sigue representando una parte muy pequeña del volumen total invertido. Sin embargo, los fondos sectoriales pueden aportar un gran valor añadido a los inversores. Desde una perspectiva práctica, pueden distinguirse tres grandes maneras de aprovechar este tipo de fondos.
La diversificación por sectores
Los fondos sectoriales, puesto que están invertidos en acciones, pueden servir en primera instancia para conformar una cartera de renta variable. En lugar de elegir varios fondos regionales, uno puede distribuir su cartera seleccionando, a su gusto, varios fondos sectoriales. Las economías son, en efecto, cada vez más globales y convergentes, de forma que las empresas dependen cada vez más de factores globales correspondientes a una industria concreta, en lugar de factores dependientes de países específicos. Por otra parte, las correlaciones entre sectores son mucho más bajas que las correlaciones entre regiones por lo que una diversificación sectorial tiene más ventajas para el inversor.
Además, la distribución regional puede originar sesgos sectoriales indeseados. Por ejemplo, una cartera compuesta exclusivamente por acciones españolas producirá inevitablemente una sobreexposición a los sectores bancario y de servicios públicos. En la tabla adjunta hemos calculado la repartición sectorial de los principales índices Morningstar mono-país, resaltando en negrita los sectores sobreponderados.
Está claro que una combinación de fondos sectoriales requiere un esfuerzo adicional por parte del inversor (de la misma forma que también lo requiere una cartera adecuadamente diversificada por regiones). En todo caso, es importante que el inversor tenga en cuenta esta posibilidad, más aún tras la reforma fiscal que permite una gestión más dinámica de la cartera.
La apuesta especulativa
Otra forma de aproximarse a los fondos sectoriales es con un fin exclusivamente especulativo. Cada año hay determinadas categorías de fondos sectoriales que registran ganancias espectaculares. En la tabla que figura a continuación hemos calculado la rentabilidad de las categorías Morningstar de fondos sectoriales a lo largo de estos últimos años. Vemos que los fondos sectoriales ofrecen la posibilidad al inversor de sacar una punta de rentabilidad a su cartera, aunque, como siempre en materia financiera, mayores expectativas de ganancias suelen traducirse en mayor riesgo.
Complemento a una cartera de acciones
La última forma de abordar la inversión en fondos sectoriales es como complemento a una cartera de acciones ya establecida. Pongamos el caso de un inversor que, dentro de su cartera de renta variable, sólo tenga participaciones de un fondo de acciones españolas (probablemente es el caso de muchos partícipes españoles). Está claro que, geográficamente, esta inversión está muy descompensada, pero también lo está, como hemos mencionado más arriba, desde el punto de vista sectorial. En la bolsa española, por ejemplo, el sector farmacéutico es prácticamente inexistente. Una manera de compensar este desequilibrio es suscribiendo un fondo de este sector.
¿En qué sector invertir?
Las perspectivas de cada uno de los sectores a los que puede tener acceso el inversor serán distintas en función del escenario macroeconómico y geopolítico que se dibuje en los próximos meses, pero también de las valoraciones de cada uno de ellos. Una de las pistas que puede utilizar es la tabla de valoraciones que publicamos cada mes en nuestro Barómetro del mercado europeo.