El Morningstar Analyst Rating - que sigue a una escala de Gold, Silver, Bronze, Neutral y Negative - es un rating que mira hacia el futuro. Expresa la convicción de los analistas en la capacidad de un fondo para batir a sus competidores, después de tener en cuenta las comisiones y el riesgo, a través de un ciclo completo de mercado. Hemos estado asignando Analyst Ratings a los fondos durante algo más de seis años, y en 2016 empezamos a calificar también a los ETFs.
Con la utilización del Analyst Rating, creemos que los inversores pueden tomar decisiones más sólidas sobre qué ETFs elegir o qué ETFs evitar. Dado que la calificación que asignamos a los ETFs sigue la misma metodología que la que utilizamos para calificar a los fondos tradicionales, también debería facilitar a los inversores la comparación de ETFs con los fondos relevantes.
Esta práctica se ha hecho cada vez más común en los últimos años, a medida que los ETFs se han ido generalizando y se ha afianzado la popularidad de los fondos pasivos y de bajo coste.
El propósito del análisis cualitativo de los fondos por parte de los analistas de Morningstar es identificar aquellos fondos que creemos que deberían ser capaces de superar a un grupo de competidores relevante, dentro del contexto del nivel de riesgo asumido, en un ciclo completo de mercado. Los pilares de nuestro análisis son los mismos independientemente de si estamos calificando un ETF o un fondo de gestión activa: Personal, Proceso, Performance, Firma Gestora y Precio.
Sin embargo, su impacto relativo en nuestra evaluación global de un fondo difiere en cierta medida cuando se trata de analizar y calificar a un ETF. Obviamente, mantener los costes al mínimo es primordial en el contexto de la gestión de un fondo de seguimiento de índice. Como tal, no debe sorprender que nuestros ETFs mejor valorados no sólo se encuentren entre las opciones de menor coste en sus respectivas categorías Morningstar cuando se comparan no sólo con sus rivales de gestión activa, sino también con otros fondos pasivos.
Aunque los costes son un elemento fundamental, sólo son un componente de nuestra evaluación holística de los ETFs. También examinamos de cerca el comportamiento del ETF en relación con sus competidores dentro de su categoría. Y, como parte de nuestra evaluación del “Pilar Proceso”, analizamos cuidadosamente el índice de referencia subyacente del ETF para entender cómo se construye, así como las técnicas que los gestores del ETF emplean para rastrear el índice con precisión.
Tendemos a favorecer a las firmas gestoras que anteponen los intereses de los inversores a los objetivos comerciales y que alinean los incentivos de los gestores de fondos en consecuencia. Por supuesto, las habilidades y experiencia de las personas que gestionan el ETF son un factor importante en nuestro análisis.
En la gestión de ETFs, cada 0,01% de rentabilidad cuenta, por lo que es vital tener un equipo experimentado. Por lo tanto, evaluamos estos asuntos como parte de la evaluación del “Pilar Personal”. En resumen, reservamos las medallas a aquellos ETFs de bajo coste que creemos que seguirán de cerca un índice construido de forma sensata durante mucho tiempo.
Damos preferencia a ETFs que cuenten con el respaldo de gestores experimentados y promovidos por gestoras que administren bien el capital de los inversores. Y lo hacemos porque creemos que estos atributos probablemente se traducirán en una mayor rentabilidad respecto a un grupo relevante de competidores durante un ciclo de mercado.
¿Qué gestores?
Es un error asumir que la gestión no importa cuando se trata de fondos indexados o ETFs. Los gestores hábiles tienen más posibilidades de seguir a su índice de referencia a lo largo del tiempo, y están mejor equipados para hacer frente a condiciones difíciles. Como en el caso de los fondos activos, preferimos equipos con una larga trayectoria. Los equipos que han gestionado fondos índice y ETFs durante varios años - ya sea con su firma actual o con una firma anterior - generalmente obtendrán mejores calificaciones que aquellos que son relativamente nuevos en su puesto.
Del mismo modo, preferimos equipos que se centren únicamente en la gestión de fondos índice y ETFs. Preferiríamos ver la indexación como una competencia central antes que como una actividad secundaria. Al igual que con los fondos de gestión activa, nos gusta ver a los equipos que gestionan fondos índice y ETF invertir en sus propios fondos ya que muestra su compromiso con la filosofía general de indexación.
También hay que decir que el hecho de que los miembros de los equipos que gestionan fondos índice y/o ETFs no sean tan altamente compensados como los gestores de fondos activos, y que tiendan a gestionar un número relativamente mayor de fondos, disminuye algo la importancia de la coinversión.
Por lo tanto, tendemos a hacer una evaluación más holística de la remuneración de estos gestores y de cómo éstos alinean sus intereses con los de los partícipes de los fondos.