Imaginemos que quiere comprar un coche nuevo. Ya ha encontrado dos coches de diferentes fabricantes que tienen más o menos las mismas prestaciones, pero uno cuesta 20.000 euros, y el otro 200.000. ¿Qué coche compraría?
Puede pensar: "¿Por qué alguien pagaría 10 veces más por un coche cuando hay una alternativa más barata y casi idéntica en el mercado?". Parece irracional, ¿verdad?
La economía tradicional sostiene que en un mundo perfectamente racional, la oferta y la demanda determinan un precio adecuado para bienes o servicios equivalentes. Si el precio excede lo que la gente está dispuesta a pagar, evitarán el bien o servicio. Esto conduce generalmente a un exceso de oferta y, eventualmente, a una caída del precio. Pero si el precio es demasiado bajo, los clientes acudirán en masa a ese bien o servicio, y habrá escasez y un precio más alto. Este mecanismo de oferta y demanda evita grandes disparidades de precios entre artículos casi idénticos.
Los fondos indexados casi idénticos tienen costes distintos
Sin embargo, hemos visto notables y persistentes disparidades de precios entre fondos índice de renta variable estadounidense desde 1990. Es un fenómeno desconcertante, dado que los fondos son muy similares entre ellos.
Por ejemplo, un estudio sobre las comisiones de los fondos índice mostró que hay grandes niveles de variación de costes entre los fondos índice referenciados al S&P 500 que son prácticamente idénticos en cuanto a sus características más relevantes. Es el caso, por ejemplo, entre el RYSPX y el SWPPX.
En los últimos 20 años, en base a los costes actuales, si usted hubiera invertido 10.000 dólares en el RSPYX (un fondo americano llamado Victory RS Partners Fund) habría pagado 4.475,32 dólares en costes totales. Por otra parte, si usted hubiera invertido esos 10.000 dólares en el SWPPX (Schwab® S&P 500 Index) durante el mismo período, habría pagado 101,30 dólares en comisiones. Esta enorme diferencia no puede atribuirse a características subyacentes diferentes, ya que los dos fondos comparten carteras casi idénticas.
¿Cómo puede persistir una diferencia tan grande en las comisiones entre fondos indexados que invierten en las mismas acciones subyacentes y de la misma manera, y por lo tanto proporcionan rentabilidades casi idénticas a los inversores? Una posible respuesta es que las comisiones del fondo indexado están de alguna manera oscurecidas, y los inversores no son conscientes de ello. Otras pistas pueden extraerse de la economía del comportamiento: los consumidores no siempre actúan racionalmente y son propensos a los sesgos de comportamiento.
La teoría del valor frente a la teoría de la calidad
Hay dos teorías conductuales que compiten entre sí sobre por qué los consumidores a menudo actúan irracionalmente cuando se trata de fijar precios. La “teoría del valor” sostiene que un precio más bajo sugiere a los consumidores un buen valor, o una sensación de conseguir más con su dinero. La “teoría de la calidad”, por otra parte, sostiene que los consumidores a menudo asumen que un precio más alto indica una mayor calidad y un mejor retorno de la inversión a largo plazo.
Un grupo de investigadores del comportamiento llevó a cabo una serie de experimentos para probar cómo estas teorías pueden manifestarse dependiendo de cómo se manipula a los participantes.
En un experimento, unos participantes fueron preparados con la teoría del valor mostrando un artículo en el que el diseñador enfatizó el mensaje de "más caro no siempre significa mejor”.
Otros participantes fueron preparados con la teoría de la calidad. El diseñador destacó que "el precio es un primer indicador de calidad".
Los participantes en el grupo de calidad evaluaron los productos más favorablemente cuando se describieron como caros. Por el contrario, los del grupo de valor clasificaron major los productos cuando el coste era más bajo.
Parece que la teoría de la calidad - en la que los consumidores asumen que un precio elevado indica una alta calidad – interviene, al menos parcialmente, cuando uno analiza las diferencias de comisiones entre fondos de índice.
Así pues, ¿qué se puede hacer para ayudar a los inversores a comparar las costes de los fondos indexados y evitar ser víctimas de falsas señales de calidad? Aquí es dónde puede encajar la labor de los asesores financieros, hablando con sus clientes sobre cómo los prejuicios de comportamiento pueden influir en sus decisiones de inversión. Aunque los inversores no siempre toman decisiones racionales, los asesores pueden utilizar las lecciones de la ciencia del comportamiento para que sus hábitos financieros sean más saludables.