Cuando un fondo se vuelve demasiado grande en relación con su universo de inversión, los gestores ya no pueden optimizar su estrategia por falta de ideas, o son incapaces de ejecutarla debido al tamaño del fondo. Estas limitaciones pueden dar lugar a cambios en la composición de la cartera o, incluso, a una desviación respecto al objetivo de inversión.
Esto puede llevar a un gestor a mantener demasiada liquidez o a acercarse a su índice de referencia por falta de ideas. También puede tomar posiciones fuera del benchmark y aventurarse en áreas que no están en el centro de su experiencia.
Cuanto más grande es un fondo, más difícil resulta actuar rápidamente sin afectar a los precios de mercado. Muchos estudios académicos han mostrado una relación inversa entre los activos bajo gestión y el rendimiento relativo de un fondo de gestión activa.
Demanda creciente
A pesar de unos rendimientos decrecientes (o incluso negativos), los fondos de deuda privada se han vuelto muy populares en estos últimos años.
El patrimonio de los fondos de la categoría Morningstar de renta fija corporativa en euros pasaron de 36.900 millones de euros a casi 154.000 millones de euros entre 2009 y agosto de 2017, con unas suscripciones acumuladas de 72.400 millones de euros.
Una de las gestoras que más dinero ha recaudado durante este período ha sido Schroders. Sus fondos Schroders Euro Corporate Bond y Euro Credit Conviction han recaudado cerca de 4.600 millones de euros en los últimos tres años.
Vigilar las carteras
Por lo tanto, es importante hacer un seguimiento de la evolución de una cartera para detectar signos de tensión en la capacidad de un fondo. El ejercicio es difícil para un observador externo. De hecho, el tamaño del universo difiere según la clase de activos, al igual que la liquidez. Incluso, dentro de una clase de activos, la capacidad óptima varía según el estilo de inversión.
Así, una estrategia diversificada o con una baja tasa de rotación debería beneficiarse de una mayor capacidad que una cartera construida en torno a convicciones fuertes o con una alta tasa de rotación.
El tamaño de una estrategia en porcentaje sobre el universo de inversión (la cuota de mercado de un fondo) o el tiempo necesario para liquidar una cartera pueden dar una indicación inicial en cuanto a la capacidad.
Las limitaciones de capacidad también pueden reflejarse en la rentabilidad del fondo: la mayor dificultad para aplicar una estrategia puede traducirse en un menor rendimiento en relación al índice de referencia, o en un problema de coherencia de estilo, con la cartera aproximándose o alejándose del índice.
Las señales que pueden suscitar dudas sobre la capacidad de un fondo incluyen una disminución en el alfa del gestor, un cambio significativo en su error de seguimiento (tracking error), en el active share, en el coeficiente de determinación (R2) o en el número de títulos de la cartera en comparación con el índice.
Por otra parte, un gestor prudente habrá establecido un seguimiento sistemático de su capacidad y probablemente ya habrá cerrado su fondo.
Mejores prácticas
Morningstar valora positivamente las gestoras que prestan gran atención a la gestión de sus capacidades. Creemos que esto refleja una buena gestión que sitúa los intereses de los inversores por delante de las ganancias a corto plazo. Muchos fondos de bonos privados han tomado medidas para limitar las suscripciones mediante la aplicación de un “soft close”. Por ejemplo, Schroders ha implementado un "soft close" en sus estrategias crediticias europeas cuando los activos bajo gestión alcanzaron los 10.000 millones de euros.
Después de una reorganización en 2012, Patrick Vogel, gestor de activos experimentado, se unió a Legal & General Investment Managers para dirigir el equipo de gestión de crédito y gestionar el fondo de bonos corporativos Schroders Euro Corporate Bond, con rating Bronze. Esta decisión es positiva en nuestra opinión, porque forma parte del deseo de mantener la calidad de la estrategia.
A principios de 2016, Kempen decidió "acercarse" a su fondo de crédito en euros Kempen Euro Credit, calificado como Silver (nota: el fondo no está disponible para la venta en España). El equipo de crédito a cargo del fondo ha estado en funcionamiento desde 2008, dirigido por Alain van der Heijden. El equipo está buscando construir una cartera para hacer apuestas pequeñas, diversificadas y activas con un presupuesto de riesgo limitado. Esto permitió que el fondo obtuviera buenos resultados y condujo a un aumento del patrimonio.
Al decidir restringir las suscripciones, Kempen y Schroders han hecho prueba de cautela, dada la cuota de mercado relativamente pequeña en un mercado crediticio europeo de 2.100 millones de euros en la actualidad.