Para una persona que no tiene idea de cómo ni dónde invertir, conseguir una rentabilidad aceptable para sus ahorros no es una tarea sencilla. Hay cantidad de opciones y de instrumentos financieros (acciones, bonos, fondos, ETFs, etc) en los que puede colocar su dinero, y dentro de cada una de esas opciones multitud de posibilidades. Elegir la más correcta puede convertirse en un rompecabezas para un profano en la materia.
Pero si tuviera que dar unos buenos consejos a una persona que no ha invertido jamás estas serían mis recomendaciones.
Primero, céntrese en los fondos
En Morningstar no somos sectarios en cuanto a la elección de los productos financieros. Nos gustan tanto los fondos como los ETFs o la inversión directa en acciones. Cada vehículo tiene sus ventajas e inconvenientes y algunos se adaptan más que otros a determinadas características del inversionista. Y precisamente para el caso que nos ocupa, creo sinceramente que el fondo es el producto más adecuado. Fundamentalmente por dos motivos.
Primero, porque reduce el riesgo por parte del inversor (ya que el fondo es un producto diversificado; es decir, tiene la obligación de repartir su patrimonio entre un gran número de títulos).
Segundo, porque permite delegar la toma de decisiones de inversión en la gestora (es el gestor del fondo el que toma las decisiones de inversión, no el inversor). Invertir en acciones puede ser muy atractivo por las elevadas rentabilidades que uno puede obtener si uno acierta con la elección de valores, pero acertar no es fácil: requiere esfuerzo, conocimiento y un poco de suerte.
Segundo, un buen fondo mixto adaptado a su perfil
Una vez que uno se ha convencido de que la opción de los fondos de inversión es la mejor, surge la gran pregunta de qué fondos comprar. Construir una cartera de fondos y adaptarla a las condiciones del mercado es una tarea harto difícil. ¡Hay tantas categorías de fondos! Cierto, pero lo fundamental es conocerse uno mismo y saber cuál es el perfil de riesgo que más se adapta a nuestro horizonte de inversión y a nuestra personalidad. No es cuestión de complicarlo demasiado. Podríamos, resumiéndolo mucho, distinguir tres tipos de perfiles: conservador, moderado y agresivo. Pues bien, tenemos la suerte de que existen fondos que responden a cada uno de estos perfiles. Son los fondos mixtos: los hay conservadores, moderados y agresivos…
Pero, ¿cuál en concreto? Diría que uno con bajas comisiones, diversificado a nivel global (es decir, que no esté únicamente invertido en acciones y bonos españoles) y con buenos resultados históricos (puede, por ejemplo, apoyarse en nuestras valoraciones cualitativas para seleccionar el fondo adecuado).
Tercero, invierta poco a poco
Un aspecto que a mí me parece importante para aquel que quiera empezar a invertir es elegir un fondo que permita hacer aportaciones pequeñas (es decir que tenga una inversión mínima adicional baja). ¿Por qué? Porque la mejor forma de invertir sin asumir demasiados riesgos es hacerlo poco a poco y de forma regular (mes a mes o trimestre a trimestre). Además, esta forma de operar tiene, psicológicamente, tiene una gran ventaja para el inversor. Si en un algún momento (que surgirá evidentemente) el fondo cae de valor, esto permitirá al inversionista comprar participaciones a un menor precio.
Conclusión
En conclusión, si nunca ha invertido, pero quiere empezar a hacerlo elija un fondo mixto barato que se adapte a su perfil de riesgo y que permita hacer pequeñas aportaciones regulares.