Andrew Lane: Dentro del grupo de análisis global de acciones de Morningstar, asignamos una calificación de ventaja económica (Economic Moat) a cada una de las más de 1.500 compañías que cubrimos. La calificación de ventaja competitiva determina si una empresa posee una ventaja competitiva sostenible que le ayudará a defenderse de sus competidores que de otro modo podrían arañar sus beneficios económicos. Sólo el 16% de las empresas que cubrimos cuentan con una ventaja competitiva amplia (Wide Moat), mientras que el 43% tiene una ventaja competitiva estrecha (Narrow Moat) y el 43% restante no tiene ventaja competitiva (No Moat).
Recientemente hemos publicado un informe titulado "No todas las ventajas competitivas se crean de la misma manera" ("Not All Moats Are Created Equal") que ofrece una mirada más cercana a la rentabilidad y varias métricas de rendimiento a través de cada uno de estos tres grupos de clasificación de ventaja competitiva. A través de una serie de distintas métricas – incluida la rentabilidad sobre el capital invertido, la rentabilidad sobre fondos propios y margen operativo – las compañías con amplia ventaja competitiva superaron a las empresas con ventaja competitiva estrecha y, a su vez, las firmas con ventaja competitiva estrecha superaron a las empresas sin ventaja competitiva. Centrémonos por un momento en los retornos sobre el capital invertido, que es la métrica principal que consideramos al evaluar de forma cuantitativa la presencia de una ventaja competitiva.
En los últimos tres años, las firmas con amplia ventaja competitiva consiguieron una rentabilidad sobre el capital invertido del 14%; las empresas con una ventaja competitiva estrecha un retorno de apenas el 10% sobre el capital invertido y las firmas sin ventaja competitiva sólo un 5% de rentabilidad sobre el capital invertido. También confirmamos que, en términos medios, las empresas con amplia ventaja competitiva cotizan con múltiplos de precio/beneficio más altos que las empresas con ventaja competitiva estrecha que, a su vez, cotizan con múltiplos más altos que las compañías sin ventaja competitiva. En los múltiplos actuales de PER, las firmas Wide Moat se negocian en casi 26 veces; las empresas con Narrow Moat cotizan alrededor de 22 veces; y las firmas No Moat están negociando justo debajo de 19 veces.
Un rating de Wide Moat o Narrow Moat también requiere la presencia de al menos una de las cinco fuentes de ventaja económica. Estas fuentes incluyen activos intangibles, ventaja de costes, costos de cambio, escala eficiente y efecto de red. Teniendo en cuenta estas fuentes de ventaja competitiva, también hemos analizado nuestra cobertura de acciones a través de los grupos de fuentes de ventaja competitiva. En la última década, las empresas a las que actualmente se asigna una fuente de efecto de red son las que han obtenido los mayores rendimientos sobre fondos propios y márgenes operativos, además de las mayores revalorizaciones. Las empresas con escala eficiente, por otro lado, generaron la rentabilidad más baja en casi todas las métricas que hemos analizamos, así como las menores revalorizaciones de sus acciones.
En resumen, nuestros resultados han sido en gran medida coherentes con lo que esperábamos ver. Esto nos da aún más convicción de que hemos sido eficaces en la identificación de ventajas competitivas y de que nuestra metodología funciona como debería.