Los datos de flujos de fondos parecen indicar (por lo menos es lo que reflejan los datos relativos a los fondos con domicilio en España) que los inversores están travasando dinero de los fondos de renta variable estadounidenses hacia los fondos de renta variable europea, como muestra el gráfico adjunto que mide el crecimiento orgánico de estos dos tipos de fondos.
Además, el reciente mejor comportamiento de las bolsas europeas frente a la estadounidense (sin tener en cuenta el impacto de la divisa), tras el "Trump rallye" y el alivio de los resultados electorales en Francia, también invita a muchos inversores a participar en esta rotación de activos de Estados Unidos a Europa.
Pero, a nivel de valoración, ¿está justificada esta rotación? Es lo que hemos querido averiguar calculando un Price/Fair Value (P/FV, es decir la realción entre el precio y el valor intrínseco en este caso de los índices Morningstar Europe index y Morningstar US Markets) para los distintos segmentos del mercado. Y la imagen resultante es la siguiente.
La primera conclusión que podemos sacar de esta comparativa de valoraciones es que ninguno de los dos grandes mercados está barato (un P/FV por encima de 1 indica sobrevaloración).
Entrando más en detalles, se aprecia que no hay grandes diferencias de valoración en ambos lados del Atlántico en cuanto a los segmentos de pequeña y mediana capitalización (dónde podemos afirmar que las valoraciones alcanzan en general una alta sobrevaloración).
Si consideramos que los grandes índices americano y europeo tienen un estilo blend (ni value, ni growth) entonces sí que Europa muestra unos niveles de valoración más atractivos, en términos relativos, que Estados Unidos.
Pero, si analizamos los diferentes estilos de inversión, dentro del área de gran capitalización, vemos una gran diferencia entre las dos regiones: tanto el value y el growth americanos son más baratos que el value y el growth europeos.
A nivel de sectores también existen diferencias notables de valoración entre Estados Unidos y Europa. En particular, destaca el hecho de que el sector de telecomunicaciones es mucho más barato en Europa que en Estados, pero lo inverso ocurre con el sector de tecnología, aunque no podemos decir que la valoración de las tecnológicas americanas sea demasiado atractivo a estos niveles.