Con unos tipos de tasas de interés en niveles históricamente bajos y una economía aún estancada, encontrar rendimiento puede llegar a ser realmente complicado. Los inversores se sienten atraídos naturalmente por empresas que combinan revalorización del capital y dividendos regulares.
La gestión pasiva proporciona una forma sencilla de invertir en un grupo de empresas que ofrecen buenos niveles de rendimiento. Los ETF de "alto dividendo" forman parte de la familia de productos de "beta estratégica", una definición que Morningstar ha elegido para describir los índices y fondos pasivos que no seleccionan las empresas en función de su capitalización de mercado, sino en función de otros criterios. El objetivo es aumentar el rendimiento para un determinado nivel de riesgo o reducir el riesgo. Estos productos se conocen como “smart beta”.
De acuerdo con los datos de Morningstar, 330 ETFs de "beta estratégica" están actualmente disponibles en Europa, de los que 74 seleccionan los títulos en base a la política de distribución de dividendos. Se trata de un grupo muy diverso en cuanto a la geografía, la categoría y la metodología para la selección de las diferentes empresas, lo que resulta en perfiles de riesgo muy distintos.
Cuidado con las subidas de tipos
Si el Banco Central Europeo ha mantenido sus tipos de interés sin cambios, la Reserva Federal ha elevado recientemente su tipo director en un cuarto de punto porcentual. La Fed espera que se produzcan dos subidas adicionales este año y dos más en 2018. Los participantes en el comité monetario (FOMC) estiman de esta forma que los tipos alcanzarán el 1,4% en 2017, lo que equivale a otros dos aumentos de un cuarto de punto porcentual, después de la subida del pasado 15 de marzo.
Los tenedores de bonos no son los únicos interesados en esta evolución. Los productos de alto dividendo también son muy sensibles a los cambios en los tipos de interés.
Las tasas de interés tienden a subir cuando la economía está en una fase de expansión. En este caso, el aumento de los tipos puede ser un obstáculo para las acciones con altos dividendos, ya que tienen que competir con las obligaciones (que ofrecen rendimientos más altos) y las acciones de crecimiento.
Las compañías que ofrecen rendimientos aceptables generalmente tienen menos potencial de crecimiento que las acciones que no pagan dividendos. Si la economía está en auge, las acciones de alto dividendo (a menudo valores defensivos) generan menos demanda por parte de los inversores.
Históricamente, de hecho, los sectores defensivos lo han hecho peor que el mercado en su conjunto en períodos de subidas de tipos de interés, en particular los servicios públicos ("utilities") y de telecomunicaciones, pero también el sector de salud. Por el contrario, las acciones de alto dividendo tienden a hacerlo mejor con tipos estables o a la baja.
La sostenibilidad del dividendo es primordial
A pesar de este riesgo, los inversores no deben deshacerse de sus productos de "alto dividendo". Aquellos que están preocupados por el aumento de los tipos de interés deberían más bien buscar ETFs que se distingan por su distribución de activos, el crecimiento y la calidad de los dividendos.
De acuerdo con los datos de Morningstar, por ejemplo, los ETFs de alto dividendo disponibles en Europa tienen una exposición del 23% a sectores defensivos, pero con grandes diferencias de un producto a otro. Pasamos así del 48% para el iShares MSCI USA Dividend IQ USD Dist al 3,3% para el iShares Asia Pacific Dividend. Es importante saber que un ETF altamente expuesto a acciones defensivas será más estable en tiempos económicos difíciles, pero que probablemente su comportamiento será inferior en períodos de crecimiento, con el aumento de los tipos de interés.
De todas formas, aparte de los tipos de interés, lo que realmente hay que buscar en un producto de alto dividendo es el aumento constante del dividendo más que una elevada tasa de distribución. Un crecimiento de los dividendos estable y continua sugiere una gestión empresarial responsable. Por ejemplo, una empresa que paga una rentabilidad por dividendo del dividendo del 1,5% con un crecimiento del 10% por año es capaz de generar más ingresos en seis años que una empresa que paga consistentemente un 3% cada año. Por lo tanto, es importante entender cómo el índice replicado por el ETF selecciona a sus valores.