El entorno de tipos de interés bajos está al centro de las preocupaciones de los distintos actores financieros. Desde hace ya varios años, hay temores a un pinchazo de la «burbuja de bonos».
Rentabilidad de los principales índices de renta fija
Sin embargo, las rentabilidades de los índices de renta fija en estos últimos 3 años han sido francamente aceptables a pesar de unos rendimientos a vencimiento muy bajos.
Aunque el índice Barclays Euro-Aggregate (el índice de las obligaciones de la Zona Euro con rating 'Investment Grade') mostraba a finales del año 2013 un rendimiento a vencimiento del 1,9% - un nivel históricamente bajo y marcando ya una valoración elevada), ha conseguido una rentabilidad anualizada del 5% a 3 años gracias a una bajada casi continua de los tipos durante el periodo (del 1,9% hasta el 0,45% entre diciembre del 2013 y diciembre del 2016), una bajada sostenida por las compras masivas de activos obligatarios por parte del Banco Central.
Más de un tercio del stock de obligaciones soberanas pasó a territorio negativo en 2016, al mismo tiempo que los flujos netos en esta clase de activo han sido claramente positivos el año pasado.
Esta apuesta nos parece peligrosa porque, a menos que se venda antes del vencimiento a una valoración aún más alta, invertir en un activo con tasa negativa tiene grandes posibilidades de generar una rentabilidad negativa.
Flujos anuales por tipos de activos
Unas valoraciones que invitan a la prudencia
No es fácil prever los posibles cambios de precio a corto plazo. Pero a largo plazo el precio de las obligaciones debería reflejar los fundamentales de las economías. Más concretamente, para las obligaciones soberanas esto equivale a estimar un nivel futuro de inflación, de tipos reales y de prima de vencimiento.
Hoy en día los precios de las obligaciones soberanas reflejan unos niveles de inflación y de tipos reales bajos y cualquier revalorización de estos parámetros debería ser fuente de volatilidad, con resultados negativos para esta clase de activos. Las recientes discusiones sobre mayores presiones inflacionistas muestran esta realidad.
Nuestras estimaciones de las rentabilidades a 10 años son negativas o nulas para el conjunto de obligaciones soberanas de los países desarrollados. Dentro de los activos de renta fija, solo la deuda emergente y en menor medida el high yield sigue ofreciendo unos rendimientos atractivos a 10 años.
Hipótesis de rendimiento a largo plazo
Fuente: Morningstar