Si queremos convencer a los inversores, gestores, selectores de fondos y asesores financieros que merece la pena incluir consideraciones relacionadas con temas de ESG (medioambiente, responsabilidad social y gobierno corporativo), lo primero que tenemos que hacer es convencerles de que los fondos que toman en cuenta esas consideraciones no son forzosamente menos rentables que los demás. Uno de los argumentos que se ha utilizado en contra de los fondos responsables es que como limitan su universo de inversión, eso reduce necesariamente las posibilidades de generar una mayor rentabilidad.
¿Cómo desmontar ese argumento? La creación de los nuevos índices Morningstar de sostenibilidad ofrece la posibilidad de comparar índices que toman en cuentan los factores ESG con los índices tradicionalmente utilizados en la industria. Además, y esa es la gran ventaja de los índices que hemos construido, es que cómo respetan la distribución sectorial de los índices tradicionales, podemos afirmar que si hay diferencia de rentabilidad entre ambos índices esa no se debe a sesgos sectoriales.
Empecemos por la renta variable europea. Si comparamos el índice Morningstar Europe Susatainability NR con el MSCI Europe NR vemos en la tabla adjunta que hay una ligera ventaja de rentabilidad para el índice sostenible en los últimos 3 años (es el periodo más largo en el que podemos comparar los dos índices), aunque también tiene un dato de volatilidad ligeramente mayor; pero en términos de ratio de Sharpe el índice Morningstar Europe Sustainibilty supera ligeramente al MSCI Europe.
En el caso de la renta variable norteamericana el comportamiento del Russell 1000 NR (que es el benchmark que utilizamos para la categoría de Renta Variable USA Large Cap Blend) es ligeramente superior al del índice Morningstar US Sustainability, pero tanto en el caso europeo como en el americano podemos decir, en principio, que invertir de forma sostenible no supone obtener menos rentabilidad o asumir más riesgo que si lo hiciéramos en un fondo tradicional.