Una de las mayores preocupaciones de los inversores es qué hacer con la parte de renta fija de sus carteras de inversión, especialmente para aquellos que tienen un perfil de riesgo moderado o defensivo (y no quieren asumir ningún riesgo divisa con esa parte de renta fija). Con unos tipos de interés, prácticamente en mínimos históricos, existe el riesgo de que subidas de tipos se traduzcan en pérdidas para los fondos de bonos, especialmente para aquellos invertidos a más largo plazo. Esto, de hecho, ya ha empezado a ocurrir estas últimas semanas, aunque habrá que ver si la tendencia se mantiene.
El gráfico siguiente muestra la evolución de los tipos a 10 años de los bonos del Tesoro español en los últimos años.
De poco sirve analizar las rentabilidades pasadas de las distintas categorías de renta fija euro. Es poco probable, por ejemplo, que los fondos de deuda pública de la Zona Euro vuelvan a ofrecer una rentabilidad anual del 4% de aquí a los próximos años como la que han obtenido en los últimos 3 años.
Entonces, ¿qué rentabilidad puede uno esperar a largo plazo para su fondo de renta fija? La manera más conservadora de hacerse una idea de lo que uno puede ganar a largo plazo en un fondo de renta fija es considerar que uno obtendrá el rendimiento actual (es decir la TIR o el yield actual). El rendimiento o la TIR de una cartera de renta fija es simplemente la rentabilidad que obtendría esa cartera si mantenemos los bonos y obligaciones hasta sus vencimientos respectivos.
La siguiente pregunta es: ¿y cuál es el rendimiento implícito de mi fondo? Pues depende del tipo de fondo del que se trate. No es lo mismo un fondo de deuda pública que un fondo de high yield, evidentemente. Desgraciadamente no es un dato que suelen publicar las gestoras de fondos (aunque creo que sí deberían hacerlo).
Por el contrario, algunos proveedores de ETFs sí que facilitan este dato. Tomando como referencia esos ETFs uno puede darse cuenta del rendimiento implícito de las principales categorías de renta fija de la Zona Euro, tal como figura en la tabla adjunta.
Personalmente me gusta comparar las rentabilidades obtenidas en los últimos 12 meses con el rendimiento implícito en ese mismo periodo. Haciendo esta comparativa uno puede llegar a la conclusión que si bien un activo como la deuda pública está caro (rentabilidad a 12 meses del 2,4% frente a un rendimiento del 0,4%), otras como el high yield cotizan en niveles aceptables (rentabilidad a 12 meses del 5,5% frente a un rendimiento del 4,0%).