El éxito de los ETF de "beta estratégica" (o "Smart beta") tanto en Europa como a nivel mundial es indiscutible.
La multiplicación de las ofertas lleva al enfoque indexado a alejarse cada vez más de la gestión puramente pasiva, al mismo tiempo que aumenta el nivel de complejidad. De ahí la necesidad de entender la construcción de los índices subyacentes, de entender de donde viene la rentabilidad, y de saber en qué entornos de mercado entornos estas estrategias son las más adecuadas.
Algunas advertencias
En primer lugar, hay que saber que la mayor parte de los ETF de beta estratégica lanzados estos últimos dos o tres años replican índices de nueva creación y que, por lo tanto, no tienen históricos de rentabilidad o track records muy largos.
Para evaluar sus méritos deben confiar en el "back testing", que, hay que reconocer, siempre parece muy atractivo, especialmente en los horizontes de inversión elegidos por los promotores. Sin embargo, el rendimiento real puede ser diferente y decepcionante. Por lo tanto, conviene reducir sus expectativas.
También es importante hacer gala de disciplina. La investigación académica ha demostrado que la gestión factorial puede producir buenos resultados, pero hay que ser paciente.
Si usted no tiene la paciencia de esperar cuando el fondo pasa por períodos de bajo rendimiento -y en ocasiones, estos períodos de bajo rendimiento pueden ser muy largos-- no le merece la pena invertir. La inversión factorial requiere compromiso y conocimiento.
Resultados pasados y valoración
Muchos inversores se hacen hoy la pregunta de si las estrategias de "mínima volatilidad" no están sobrevaloradas y si van a seguir produciendo en el futuro resultados tan buenos como los que se han producido en los últimos 2-3 años.
Este es un tema controvertido, y las opiniones están muy divididas sobre lo que en inglés se conoce como el fenómeno de "crowding", o "saturación", que describe una situación en la que todo el mundo empieza a invertir en una determinada estrategia porque funciona bien, hasta el punto que la estrategia pierde su efectividad. El "alfa" de alguna manera desaparece.
Las valoraciones impulsadas por las entradas de dinero son tales que las rentabilidades para los nuevos inversores disminuyen.
De acuerdo con los métodos de evaluación utilizados, uno puede ver en efecto que las acciones de baja volatilidad cotizan hoy en día, de media, con una prima tanto respecto al resto del mercado como con respecto a sus niveles históricos.
Por otra parte, como cualquier otro factor, el factor de baja volatilidad es cíclico por lo que habrá un momento en el que este factor lo hará peor.
Low vol
¿Cuándo? Nadie puede saberlo. Pero sucederá un día, incluso si en el largo plazo la investigación académica ha demostrado que el factor de baja volatilidad es un elemento ganador ya que supera al mercado en una base ajustada al riesgo.
Dicho esto, no hay que olvidar que cada uno tiene su propia definición de baja volatilidad y cada fondo de baja volatilidad o mínima volatilidad se construye de manera diferente.
Por último, los fondos de mínima volatilidad y mínima varianza no sólo contienen valores de baja volatilidad. También contienen valores muy volátiles debido a que estos fondos también tienen en cuenta la correlación entre los títulos. Así que la pregunta es: "¿hemos llegado a valoraciones excesivamente altas en las estrategias de baja volatilidad? "Es una pregunta difícil de responder.