¿Qué esperar de China?

Una divisa más débil elevaría la inflación en China y podría ser la principal herramienta para soportar el crecimiento económico

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La batería de datos oficiales del pasado 14 de julio sugiere que la economía está creciendo a un ritmo estable, en torno al 6,7% al año. Algunas estimaciones alternativas sitúan al crecimiento de China a tres puntos porcentuales por debajo de la cifra oficial, pero al menos confirman que el crecimiento se ha mantenido estable.

En relación con el primer trimestre, en los tres meses hasta finales de junio la industria cogió algo de impulso, mientras que la construcción y los servicios disminuyeron ligeramente. Dentro de los servicios, sin embargo, las finanzas fue el único subsector con una disminución de la producción en el segundo trimestre, con respecto a hace un año. La disminución del volumen de negocio del mercado de valores, después de la caída de la bolsa en 2015, probablemente ha reducido el negocio. El transporte, las ventas al por menor, la hostelería y los servicios inmobiliarios han experimentado una mejora.

¿Qué deberían esperar los inversores?

Dado que las preocupaciones sobre las perspectivas de crecimiento han disminuido, es probable que la emisión de bonos del gobierno y el gasto público se reduzcan. Cuando lo hagan, el crecimiento caerá, y la volatilidad del mercado volverá.

En la actualidad, los mercados chinos están bastante tranquilos. El renminbi se ha debilitado un 1% frente al dólar después de la votación sobre el Brexit, pero en términos ponderados por el comercio la divisa se ha mantenido estable. El diferencial offshore del renminbi es estrecho, en consonancia con las pequeñas salidas de capital y la ausencia de expectativa de depreciación inmediata.

Es probable que el Banco Popular de China intervenga en el caso de presiones contra la moneda, pero la historia reciente no es tranquilizadora. A pesar del compromiso del banco central en diciembre de 2015 de mantener el renminbi "relativamente estable", su valor ha disminuido un 2,8% desde entonces. Los inversores, sin embargo, parecen hoy más cómodos con una depreciación del renminbi que hace unos meses.

A finales de 2015 y principios de 2016, una tasa de cambio a la baja era motivo de gran preocupación, mientras que la debilidad del yuan desde marzo - un descenso del 3,3% - no se ha asociado con la agitación del mercado. Si persiste esta disociación, el Banco Popular de China podría más dispuesto a permitir que el renminbi se depreciara.

Eso sería una buena noticia, ya que una moneda más débil aumentaría la inflación china y podría reemplazar el crecimiento del crédito como la principal herramienta política para apoyar el crecimiento. La bolsa ha estado menos sacudida por la volatilidad a finales de junio que en otros lugares. Aparte del Brexit, las acciones chinas han ignorado la decisión del pasado 14 de junio del MSCI de negar la entrada de las acciones A de China en sus índices de mercado. La especulación es menos intensa en estos momentos que durante la burbuja de 2015, y la bolsa parece menos vulnerable a los cambios de sentimiento.

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Sobre el Autor

Francisco Torralba, Ph.D.  Francisco Torralba is an Economist for Morningstar Investment Management.

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