Bob Johnson: Los beneficios empresariales son un factor clave en la actividad del mercado bursátil. Durante las últimas dos décadas, los beneficios han crecido considerablemente más rápidamente que el PIB. Esto ha hecho que los beneficios tengan una participación cada vez más grande en el PIB, alcanzando un máximo de alrededor del 10%. Eso es muy superior a la media a largo plazo de aproximadamente el 6,5%.
¿Qué es lo que ha llevado a este aumento? Bueno, ciertamente, los costes laborales muy bajos han ayudado durante este periodo de tiempo, junto con unas tasas de interés muy bajas y un crecimiento de la productividad bastante atractivo. Uno combina todo esto y tenemos una proporción creciente que va a los beneficios corporativos. Sin embargo, durante los últimos dos años los beneficios han comenzado a disminuir de nuevo.
¿Por qué? Bueno, ciertamente hemos tenido una experiencia desfavorable con las materias primas, con el petróleo, en particular, cayendo y el crudo no es una parte insignificante de los beneficios empresariales. Ciertamente, los costes de mano de obra también se han incrementado con la mayor escasez de mano de obra, y el crecimiento de la productividad no es lo que solía ser, todo esto deprimiendo los beneficios empresariales. Por desgracia, los pronósticos para los beneficios de cara al futuro no son particularmente buenos. Los costes laborales están empezando a acelerarse de forma franca y también esperamos que el ciclo de las materias primas sea un poco más largo, y, probablemente, los tipos de interés se moverán finalmente al alza.
No son buenas noticias para las bolsas. Durante los períodos de crecimiento de los beneficios, las bolsas se han comportado mucho mejor que en los periodos en los que el crecimiento de los beneficios se está desacelerando. Desde la década de los 50, los mercados han aumentado aproximadamente un 15% durante los períodos de aumento de beneficios, pero tan sólo un 9% cuando el crecimiento de las ganancias está disminuyendo. Mirando a estos datos, esto sugeriría que si los beneficios disminuyen en los próximos años, los mercados de renta variable se enfrentarán a un viento en contra, pero no necesariamente a un desastre.