En un entorno de tipos de interés nulos, incluso negativos, el atractivo de estrategias enfocadas a generar un rendimiento parece obvio. Los inversores inicialmente miraron hacia los mercados desarrollados antes de recurrir a los mercados emergentes.
A finales de marzo, abril y mayo, los ETFs domiciliados en Europa expuestos a la evolución de los mercados emergentes registraron récords de entradas de dinero. Pero los inversores que consideran una estrategia de este tipo para su cartera deben ser conscientes de que esto es más que una simple fuente de rendimiento.
Nuestro análisis ha desvelado lo siguiente:
Los ETFs que pretenden conseguir rentabilidad por dividendo en los mercados emergentes han generado una rentabilidad por dividendo del 4% al 6% en los últimos tres años. En comparación, la rentabilidad por dividendo de los ETFs expuestos a los mercados emergentes ponderado por capitalización de mercado generan un rendimiento de alrededor del 2%.
En términos de rentabilidad total, estos ETF han estado por debajo de su versión ponderada por capitalización bursátil, debido a los sesgos sectoriales o geográficos.
Estos sesgos son el producto de las metodologías utilizadas en relación con el índice MSCI Emerging Markets, que es el más utilizado. Taiwán y Brasil están sobreponderados, mientras que India y Corea del Sur apenas están representados en los ETFs estudiados.
Sin embargo, los ETFs de alta rentabilidad por dividendo están infraponderados en compañías expuestas al consumo que deberían beneficiarse del desarrollo de una clase media en estas regiones.