Después de un comienzo de año difícil, el S&P 500 es uno de los pocos índices en terreno positivo en el año, con una ganancia de 1,3% en dólares (-1,1% en euros). A pesar de la volatilidad causada por el "Brexit", el índice es aún cerca de sus máximos, y el conjunto de acciones norteamericanas cubiertos por nuestros analistas están cerca de su valor razonable.
Los temores que afectaron al sentimiento de los analistas a principios de año no han desaparecido totalmente: el crecimiento económico es todavía flojo, los beneficios empresariales no se están moviendo en la dirección correcta y las valoraciones están por encima su media histórica.
Sin embargo, los inversores parecen haber adoptado un lema: "TINA" ("There is No Alternative to Stocks", es decir "No hay alternativa a las acciones").
En contra de las expectativas de muchos observadores, los tipos de interés continuaron su tendencia a la baja y se encuentran en mínimos históricos (1,5% para los bonos a 10 años en Estados Unidos, por ejemplo). A primera vista, esto fue visto como una fuente de preocupación legítima. Si el banco central no está en condiciones de elevar las tasas ahora - después de 7 años de recuperación y una tasa de desempleo del 4,7% - es que hay alguna cosa que está mal en la economía.
"TINA" parece llevar a los inversores a superar estas preguntas. Sin embargo, los beneficios empresariales se han reducido y el S&P 500 cotiza a 21 veces los beneficios de los últimos 12 meses - un nivel no visto desde el punto más bajo en el año 2009. Sin embargo, los inversores tienen que colocar su dinero y es mejor tener acciones, incluso sobrevaloradas, que bonos del Tesoro que apenas dan un 1,5%.
La caída de los tipos ha provocado una dicotomía en las rentabilidades de los sectores: los servicios públicos (“utilities”), el inmobiliario (“REITs”) y los bienes de consumo básico (“staples”), que se perciben todos como poseedores de las características de los bonos (sobre todo una gran visibilidad sobre los flujos de caja que generan) lo han hecho mejor que el mercado.
Sin embargo, nuestros analistas piensan que estos sectores están sobrevalorados. La relación precio sobre valor razonable (P/FV – Price to Fair Value) para los servicios públicos alcanzó 1,07, mientras que el consumo defensivo cotiza con un P/FV de 1,04. Estas áreas están probablemente menos expuestas al ciclo económico que otras, pero muchas compañías tienen gran dificultad en generar crecimiento de ingresos y de beneficios.
Creemos que los inversores encontrarán más valor en sectores como los servicios financieros, el consumo discrecional y la salud. Estos tres sectores mostraban un P/FV de 0,88, 0,93 y 0,95 respectivamente al 31 de mayo.
La disminución de las tasas de interés es visto como algo negativo para los valores financieros. Los bancos sufren una erosión en su margen de interés y esperan un aumento de tipos de la Fed para revertir la tendencia. Sin embargo, nuestros analistas siguen asumiendo un tipo a 10 años en Estados Unidos entre 4 y 4,5%. En un marco de descuento de flujos, esta hipótesis de largo plazo es más importante que el camino que puedan recorrer los tipos de interés.
Dentro del consumo cíclico, creemos que los inversores han reaccionado de manera exagerada a las dificultades del sector minorista textil. El comercio electrónico representa una amenaza a largo plazo, pero también hay elementos cíclicos en la reciente debilidad de los resultados del sector, incluyendo el exceso de inventario y la ausencia de nuevas tendencias en cuanto a la moda de vestir. Creemos que hay oportunidades entre ciertas marcas de ropa o segmentos de mercado, tales como ropa interior.
En el sector de la salud, creemos que las ganancias de productividad serán un motor de crecimiento tanto para las compañías farmacéuticas y como para las empresas de biotecnología. A pesar de un intenso debate sobre los precios de los medicamentos, creemos que el poder de negociación de precios se verá poco afectado con la comercialización de nuevos tratamientos para hacer frente a necesidades aún no satisfechas.