Es difícil obviar los riesgos del Loomis Sayles Multisector Income. Un fuerte peso en high yield, en deuda fuera del dólar, e incluso de vez en cuando acciones hacen de este fondo muy vulnerable a las pérdidas.
Aun así, el equipo experimentado, que incluye el legendario gestor de bonos Dan Fuss, y los gestores veteranos Elaine Stokes y Matt Eagan, ha sacado provecho de esta flexibilidad a lo largo de los años.
El fondo obtiene un Morningstar Analyst Rating de Gold. Los riesgos del fondo se han visto claramente en el 2015. A pesar de que el equipo se había vuelto cada vez más cautos a mediados de 2014, con un 16% en bonos del Tesoro a corto plazo, rápidamente invirtió ese dinero en bonos basura que luego vendió en la segunda mitad del ese año.
El fondo inició el año 2015 con cerca de un tercio de los activos dedicados a bonos high yield, una posición que le perjudicó a medida que el sector sufría en un contexto de caída de los precios de la energía. El peso considerable del fondo en deuda no denominada en dólares, aproximadamente el 30% de los activos al comienzo de 2015, también contribuyó al mal comportamiento del fondo ya que el dólar estadounidense subió fuertemente. El fondo cerró 2015 con una caída del 8,3%, por detrás de la gran mayoría de sus competidores.
Afortunadamente, el estilo a menudo contrarian del equipo gestor ha demostrado su eficacia en el largo plazo. De hecho, Fuss y su equipo han utilizado fuertes caídas para cazar gangas. El fondo volvió con fuerza a partir de la crisis de crédito del 2008 gracias a nombres como Ford, mientras que las ganancias en el año 2012 se debieron a una asignación significativa en bonos soberanos irlandeses, comprados en lo más profundo de los problemas de ese país a finales de 2010.
El fondo se recuperó fuertemente en el primer trimestre de 2016, e incluso después de un difícil 2015 su rentabilidad anualizada a 10 años es del 5,45% (a fecha de marzo de 2016) sigue situándose muy por encima de sus compañeros.
Los inversores deben tener en cuenta que el fondo está más correlacionado con los mercados de valores que muchos de sus competidores, lo cual no es sorprendente dado una participación del 8,8% en renta variable en febrero de 2016. Una posición del 6,3% en Intel dividido entre acciones (4,3%) y bonos convertibles también añade riesgo de concentración. Como resultado, el fondo no encaja demasiado para aquellos que buscan una posición core para la renta fija, pero para aquellos con la paciencia necesaria, sigue siendo una opción muy buena.