Hay probablemente dos indicadores que muestran cuando una clase de activo o una categoría de fondos podría ser interesante para comprar: cuando las valoraciones se vuelven atractivas (hemos discutido en este artículo el tema de las valoraciones) y cuando el sentimiento de los inversores es muy negativo.
Para medir el sentimiento de los partícipes de fondos podemos utilizar los flujos netos de fondos que recolectamos a nivel de fondos y de categorías.
A lo largo de estos últimos meses los inversores europeos se han literalmente desprendido de sus fondos emergentes. En los últimos 12 meses los fondos de renta variable emergente global han sufrido reembolsos netos por valor de casi 9.000 millones de euros. Si nos centramos en los fondos regionales la situación no es nada halagüeña: los fondos de renta variable Asia Pacífico ex Japón ha perdido en ese periodo de tiempo cerca de 10.000 millones de euros, convirtiéndose en la trecera categoría de fondos con más reembolsos netas.
Los fondos de renta fija emergente tampoco han conseguido atraer el dinero de los inversores. Todo lo contrario, los fondos de bonos emergentes en divisa local han perdido en estos últimos 12 meses unos 7.300 millones de euros mientras que los fondos de la categoría bonos emergentes en divisa fuerte han registrado salidas netas por valor de unos 4.600 millones de euros.
En el caso de los partícipes de fondos españoles especializados en bolsas emergentes la situación es incluso peor como ilustra el gráfico adjunto.
Institucionales frente a particulares
Más interesante aún es ver el distinto comportamiento de los inversores institucionales respecto a los inversores particulares en cuanto a flujos netos en fondos de mercados emergentes.
Lo que hemos hecho es simplemente computar los flujos netos para las clases puramente institucionales y puramente retail de la categoría RV Emergente Global (no sólo de los fondos que se comercializan en nuestro país sino de todos aquellos disponibles en Europa). Con ello llegamos a un gráfico de crecimiento orgánico para cada uno de estos dos tipos de inversores.
Como vemos, para esta categoría de fondos, el comportamiento del inversor particular no coincide en nada con el del inversor institucional que se ha mostrado mucho más paciente con este tipo de fondos en estos últimos dos años.