Bob Johnson: Durante las próximas semanas, el ambiente se va a llenar de historias y proyecciones económicas audaces para el 2016, y añadiremos nuestros propios datos. Sin embargo, antes de mirar a 2016, creo que es importante tener en cuenta cómo los expertos lo hicieron en 2015.
Lo hacemos mirando los datos de consenso del Wall Street Journal que estaban disponibles a partir de diciembre de 2014, y comparándolos con lo que realmente se dieron en el año 2015. Los porcentajes y los precios en dólares de todos ellos no son directamente comparables. Sin embargo, el asunto general es que los economistas sobreestimaron la economía a través de una amplia gama de indicadores económicos.
En primer lugar, se esperaba que el PIB creciera un 2,9%; ahora parece que será más un 2,2% -2,4%. Ciertamente, esto marcó la pauta para una gran parte del resto de los datos.
Los economistas sobreestimaron todos los indicadores, excepto uno: el precio de la vivienda. El precio de la vivienda terminará el año con un aumento de más de un 5%. Las previsiones apuntaban una subida alrededor del 3,5%. Por lo tanto se equivocaron bastante. ¿Por qué sucedió eso? La construcción de nuevas viviendas fue más débil de lo esperado en un 10%, y eso significa que había menos oferta de viviendas e hizo que los precios de la vivienda existente subieran.
El mayor fallo estuvo en los tipos de interés. Se pensaba que la tasa de fondos federales iba a estar en el 1% a finales de año. Parece que va a estar alrededor del 0,35% o menos. Claramente, eso es uno de los fallos más grandes, pero que explica una inflación menor de lo esperado, un crecimiento menor de lo esperado. Las previsiones para los rendimientos de los bonos también eran demasiado altas, debido a esas mismas circunstancias. El precio del petróleo fue otro de los grandes fallos. Los economistas pensaban que el petróleo iba a estar ahora en 70 dólares el barril de media, y resulta que el petróleo está en un rango de 35-40 dólares.
Cuando miramos a los datos futuros, los economistas siguen siendo relativamente optimistas - no tan optimistas como lo fueron al final de 2014. Pero están pensando en un 2,6% para el crecimiento económico, al menos eso es lo que la mayoría de los economistas está pensando, que sería una gran mejora respecto a lo que vimos en el 2015. Sin embargo, recuerde que hay que tomar esta previsión con cautela teniendo en cuenta los resultados que vimos en el 2015.