La semana pasada fue la semana de los bancos centrales – La Fed de EE.UU., el Banco de Japón, y el banco central más antiguo del mundo: el Sveriges Riksbank. El miércoles, el banco central de Suecia no modificó sus tipos pero aumentó (de 135.000 millones SEK a 200.000 millones SEK) su programa de expansión cuantitativa (QE).
Los seis meses de compras adicionales durarán de enero a junio de 2016. Mientras que los bancos centrales generalmente ven cómo sus divisas se deprecian después de un anuncio de política monetaria acomodaticia, la corona sueca sin embargo se apreció respecto a sus mayores comparables.
Quizás porque los responsables de la política monetaria no hicieron hincapié en la probabilidad de un recorte de tipos de aquí a final de año y la inflación en el país está empezando a aumentar. Los mercados de bonos reaccionaron como se esperaba: las tires de los bonos a dos años de Suecia, Francia, Finlandia y Bélgica cayeron durante la semana. La era de políticas monetarias no convencionales continúa.
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