Dan Rohr: La decisión de Pekín de devaluar el yuan agitó a los ya nerviosos mercados financieros. Ciertamente existen buenas razones para preocuparse. Después de todo, los últimos 30 años están llenos de ejemplos de devaluaciones que han desembocado en crisis globales.
Vale la pena analizar lo que Pekín pretende conseguir con la devaluación. Si suscribe la teoría de que están intentando apoyar a las exportaciones, es posible que una caída del 30-40% en el RMB sea una posibilidad, algo que desestabilizaría inmensamente el comercio global y los flujos de capital globales.
No creemos que eso sea lo que probablemente veamos porque no creemos que la competitividad de las exportaciones sea el principal objetivo del Banco Popular Chino. Las exportaciones netas son solo un 2,7% del PIB chino hoy en día. Si Pekín quiere estimular el crecimiento económico, la devaluación no es la manera con la que lo van a conseguir. Después de todo, en 2008, las exportaciones fueron tres veces más importantes para el PIB de China. E, incluso entonces, con el comienzo de la crisis financiera global, Pekín no realizó una gran devaluación.
Entonces, ¿cuál es la motivación real de Pekín? Dos cosas: primero, la internacionalización del RMB. Quieren ver que las transacciones se realicen en RMB, y quieren ver que las carteras tengan activos en RMB. No van a conseguir eso dejando que el RMB caiga un 30% contra el dólar.
El segundo motivo: los flujos de capital. China ha estado intentando estimular la economía doméstica bajando los tipos de interés y reduciendo la cantidad de depósitos que se requiere a los bancos en el Banco Central de China. Las salidas de capital han estado reduciendo el impacto de este esfuerzo.
Pekín espera que dejando devaluar el RMB, se reduzca el incentivo de salida de capital. Por supuesto, haciendo esto, también existe el riesgo de aumentar las salidas de capital si la devaluación inicial cambiara las expectativas de los inversores.
Por eso estaremos atentos a las transacciones del RMB y los flujos de capital en los próximos meses, en lugar de centrarnos en la salud del sector exportador chino.