Isaac Newton nos enseñó que el movimiento de los objetos depende del momentum, y parece que éste es el caso también para los índices de renta variable. Se espera que los beneficios en la Eurozona en los próximos 12 meses crezcan un 5% interanual (crecimiento del forward EPS), es el único índice de los tres para el que se espera un cambio positivo en este aspecto.
Mientras que las compañías en EE.UU. y en los mercados emergentes se enfrentan a obstáculos relacionados con un dólar fuerte y una esperada subida de tipos por parte de la Reserva Federal, la renta variable europea se ha beneficiado de un euro más débil, de la demanda doméstica y de un Banco Central que tomaba medidas de apoyo.
Y gracias a este momentum, el MSCI de la Eurozona ha subido con una velocidad considerable: un 20% en los últimos ocho meses. Con una mejora en las perspectivas de crecimiento en la región, es probable que la renta variable europea continúe en esta senda
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