La renovada volatilidad en los mercados financieros en el mes de junio debido al caso griego y al aumento de la rentabilidad del bono alemán han afectado a los flujos de fondos de inversión en el viejo continente europeo.
Las suscripciones netas apenas han llegado a los 8.320 millones de euros, el mes más flojo desde agosto del año 2013. A pesar del temor a una moratoria griega, los inversores se han mantenido, en general, bastante tranquilos, como demuestra la venta masiva de fondos invertidos en bonos soberanos de la zona euro y fondos monetarios. Estas dos categorías son generalmente consideradas como categorías de "refugio seguro" en tiempos de crisis. Esto demuestra que la crisis griega no ha tenido el mismo impacto que en el año 2010, cuando un potencial incumplimiento se consideraba como un riesgo sistémico para el sistema bancario europeo.
Los fondos de bonos han sufrido una salida neta de 8.850 millones de euros en junio, el nivel más alto en un mes desde junio de 2013. Los fondos de renta variable han seguido captando dinero pero a un nivel muy bajo, de unos 385 millones de euros. Sin embargo, esta cifra oculta importantes disparidades entre los fondos de gestión activa y los de gestión pasiva. Los fondos índice han conseguido suscripciones netas por valor de unos 2.670 millones de euros, mientras que los fondos de gestión activa han sufrido unas ventas de unos 2.300 millones de euros. Esta tendencia está bien establecida desde el tercer trimestre de 2014. En los últimos doce meses, los fondos activos perdieron más de 14.000 millones de euros mientras que los fondos pasivos han recogido unos 19.000 millones de euros.
Los fondos mixtos y los fondos alternativos fueron, una vez más, los ganadores del mes. Los primeros registraron unos 9.750 millones de euros en suscripciones netas, mientras que los segundos vieron entradas de dinero por valor de unos 7.070 millones de euros, lo que refleja una tendencia de varios años en Europa. Por un lado, los inversores delegan la responsabilidad de distribución de activos a los gestores, con una gran parte del dinero asignado a fondos conservadores o moderados. Por otro lado, hay grandes esperanzas en los fondos de cobertura, en tanto y cuanto se consideran una forma de protegerse contra riesgos a la baja en los bonos y acciones, al tiempo que añade un enfoque más sofisticado a la asignación de activos que los fondos tradicionales.