Para los inversores europeos en fondos de renta fija, el primer semestre de 2015 ha sido difícil. La perspectiva de un aumento de tipos de interés en Estados Unidos y una crisis financiera en Grecia, junto con la creciente preocupación sobre la desaceleración del crecimiento en China, dominaron los titulares. Mientras tanto, los bonos europeos experimentaron una subida sorpresa en los rendimientos..
Los bancos centrales siguen teniendo la palabra
Al igual que en años anteriores, la participación del Banco Central en los mercados de deuda ha sido un tema dominante para los inversores en bonos en el primer semestre del 2015. Los participantes en los mercados de todo el mundo han seguido preparándose para una eventual alza de tipos de interés en Estados Unidos, lo que sería la primera en casi una década. Al comienzo del año, el consenso del mercado espera que la Fed comenzara apretando en junio. Pero esas expectativas cambiaron gradualmente a finales de año después de unos datos económicos decepcionantes fuera de Estados Unidos. En el momento de escribir estas líneas, la mayoría de economistas parecen esperar que el primer movimiento hacia el endurecimiento ocurra en septiembre.
En el resto del mundo, sin embargo, los bancos centrales han continuado moviéndose en la otra dirección. Japón amplió el tamaño de su programa de compra de bonos mensuales que empezó este año, el Reino Unido mantiene su propio programa de relajación cuantitativa, y en abril, China anunció nuevas medidas para estimular los préstamos de sus bancos. Lo más importante para los inversores europeos, no obstante, fue el anuncio del Banco Central Europeo en enero que compraría 1,1 billón de euros en bonos durante los siguientes 19 meses.
Estimulado por el anuncio del BCE, los inversores se volcaron hacia los fondos de renta fija, y en particular en los activos de más largo plazo. La categoría Morningstar de Bonos Corporativos Euro, de Bonos Gubernamentales Euro y de Bonos diversificadas euro recibieron unos 12.000 millones, 8.000 millones y 6.500 millones de euros respectivamente, en los tres primeros meses del año. Mientras tanto, la mayoría de las categorías de corto plazo sufrieron salidas, con la categoría de Renta Fija Ultra Corto Plazo Euro perdiendo casi 2.000 millones de euros.
Los Bonos Gubernamentales se dieron la vuelta
Los efectos del programa de estímulo del BCE se notaron claramente. Después de iniciar el año en aproximadamente el 0,50 %, el rendimiento del bono a 10 años del gobierno alemán cayó a un mínimo de sólo 7 puntos básicos el 20 de abril, con la mayoría de las curvas de rendimientos soberanos de la Zona Euro registrando un comportamiento similar. La categoría de RF Deuda Pública Euro, Diversificada Euro, Deuda Corporativa Euro y High Yield Euro registraron ganancias respetables, de entre el 2% y el 4% en el primer trimestre, mientras que la categoría RF Largo Plazo Euro ganó la friolera del 11 % de rentabilidad.
A finales de abril, sin embargo, los rendimientos repuntaron, y Bund alemán a 10 años cambió de curso repentinamente, volviendo a subir de nuevo a casi el 1 % a finales de junio. El cambio tomó a muchos por sorpresa, pero varios factores parecen haber tenido un papel determinante. El fin de los programas de austeridad en varios países y algunos datos económicos más positivos fuera de Europa, junto con el repunte moderado en el precio del petróleo (pasó de estar por debajo de 50 dólares por barril en enero a 66 dólares a finales de abril) aumentaron las expectativas de una mayor inflación, haciendo que muchos reconsideren su apetito por bonos a largo plazo .
El dolor de esta subida de rendimientos se sintió en casi todas las categorías de renta fija; los fondos de bonos del gobierno denominados en euros cayeron un 4,5 % de media durante el segundo trimestre, mientras que las categorías de grado de inversión y alto rendimiento perdieron un 2,7 % y un 1,2 % respectivamente. Hubo, sin embargo, ciertas diferencias entre las estrategias de gestión activa. Como era de esperar, los fondos que habían mantenido una postura cautelosa en términos de duración se comportaron mejor durante el período; el Pioneer Euro Corporate Bond, fondo que tiene un rating de Bronze, aunque perdió más o menos un 2 %, fue el fondo con rating que mejor se comportó dentro de su gracias a la política de del gestor de mantener un férreo control sobre la sensibilidad a las tipos de interés.
Grecia acapara la atención
Grecia ha sido una de las mayores fuentes de preocupación para los inversores en el año en curso. Después de que el partido de izquierda Syriza ganara las elecciones en enero en una plataforma anti- austeridad, las negociaciones del país con el FMI y sus acreedores europeos fueron cada vez más tensas, aumentando los temores de que las partes estén en desacuerdo en un plan para evitar un default griego y una salida de la zona euro. Un acuerdo negociado en febrero para conceder al país un respiro de cuatro meses en sus pagos de préstamos ayudó a calmar el mercado, pero a finales de junio, la situación estaba lejos de estar resuelta. El 30 de junio, Grecia incumplió su primer pago al FMI, y el 5 de julio, los ciudadanos del país votaron en un referéndum sorpresa el rechazo a la continuación de su programa de austeridad. Sin embargo, el 12 de julio, las partes parecían haber llegado a un principio de acuerdo para mantener a Grecia en la Zona Euro.
Aunque hay pocos fondos europeos domiciliados fuera de Grecia que llevan una considerable exposición a la deuda griega, el impacto potencial de un 'Grexit' podría no obstante ser sustancial. Si Grecia no puede permanecer en la Zona Euro, muchos gestores están preocupados por el hecho de que la confianza de los inversores en otros países periféricos podría caer bruscamente, dando lugar a grandes pérdidas para los tenedores de deuda italiana y española, por ejemplo. Aunque el mercado hasta ahora se ha mantenido relativamente optimista de cara a la crisis que se desarrolla, las últimas semanas han dado una idea de lo que podría ocurrir si la situación empeora. Tras el anuncio del referéndum de Tsipras, por ejemplo, el rendimiento a 10 años del Bund cayó aproximadamente 13 puntos básicos en tres días de mercado, mientras que el rendimiento del bono italiano a 10 años subió 24 puntos básicos. Aun así, muchos gestores siguen creyendo que el programa de flexibilización cuantitativa del BCE proporciona una suficiente protección para proteger a los bonos soberanos europeos más vulnerables.
Nubarrones en China
No solo han sido los acontecimientos económicos más cercanos a Europa los que han mantenido a los inversores en bonos europeos en estado de alerta. Las noticias procedentes de varios mercados emergentes siguieron alimentaron la especulación. Primero tenemos a China, donde los datos económicos en lo que llevamos de año han seguido apuntando hacia una desaceleración del crecimiento. En marzo, las estadísticas oficiales de China revelaron una caída de los precios de la vivienda, aunque la producción manufacturera parecía estabilizarse. La pregunta que se hacen muchos gestores de activos es si el ajuste se producirá con suavidad, con un crecimiento anual para 2015 que permanezca cerca del 6,8% la estimación del FMI, o toma la forma de un "aterrizaje duro", con una reducción dramática del crecimiento y creando un choque comercial para los principales socios comerciales de China como Estados Unidos y muchos países asiáticos.
Dentro de las categorías de bonos de Morningstar, los gestores han adoptado diferentes puntos de vista. En mayo, el Templeton Global Bond, con rating Silver, estaba sobreponderado en divisas de muchos de los mayores socios comerciales asiáticos de China, lo que refleja la visión optimista del gestor sobre la posibilidad de una sorpresa positiva en cuanto al crecimiento del gigante asiático. Mientras tanto, el GLG Flexible Bond, con rating Bronze, ha estado recortando su exposición a esos países, anticipando una caída significativa en el crecimiento y en el comercio.
Si bien la cuestión China domina muchas discusiones, los mayores movimientos en los mercados emergentes en lo que va de año han venido de otros rincones del mundo. Venezuela y Rusia, dos países que han sufrido ventas dramáticas en su deuda en el 2014, registraron ganancias dramáticas en este año en curso ya que las medidas del gobierno para frenar la inflación parecían tener cierto éxito. Mientras tanto, el precio de la deuda emitida por Ucrania ha continuado bajando mientras el país intenta renegociar sus obligaciones pendientes.
En el principio de este segundo semestre, las grandes preguntas que dominaron las discusiones a principios de año - el timing de la subida de tipos de la Fed, el resultado de la crisis en Grecia y la futura evolución del crecimiento en los mercados emergentes, permanecen sin respuesta, y los inversores tendrán mucho que aguantar en los próximos meses.