La fuerte subida del dólar ponderado en función del comercio exterior del último año implica un menor crecimiento económico en los próximos trimestres, debido a un crecimiento más débil de las exportaciones.
Sin embargo, la Reserva Federal de Estados Unidos podría estar más preocupada con el impacto en precios, ya que los consumidores podrían escoger pasar de bienes producidos en casa a importados del extranjero más baratos, poniendo más presión sobre los precios y con un potencial efecto dominó en el crecimiento de salarios.
Como se observa en el gráfico de esta semana, la medida de inflación preferida de la Fed, el gasto personal al consumo, muestra una relación estrecha con los precios de las importaciones. Los bancos centrales normalmente tratan los movimientos de divisa como transitorios, pero con la tasa de inflación ya a cero, el dólar va a estar bajo examen.
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