El término «riesgo» hace referencia, por lo general, a algo que uno intenta evitar. En finanzas, también se refiere a una clase de activos en la que podemos invertir. Los instrumentos que ofrecen una exposición a las diversas formas del índice VIX, de hecho, están ganando terreno entre los inversores institucionales, pero no únicamente ellos.
El índice del miedo
El VIX, es decir el Chicago Board Options Exchange Volatility Index, es un índice de volatilidad, calculado sobre el mercado de opciones más grande del mundo desde 1993. Es un índice de referencia que mide la volatilidad implícita del precio de las opciones (unos instrumentos financieros llamados «derivados» que permiten apostar sobre el aumento o disminución de los precios). Este indicador mide el precio que los operadores están dispuestos a pagar para asegurar el derecho, pero no la obligación, de apostar por la subida o la caída del índice S&P500.
Este indicador no tiene nada que ver con la volatilidad clásica, o desviación estándar, es decir, una medida de la dispersión de las rentabilidades respecto a su media. Precalculada a partir de un mercado donde se comercializan opciones, la volatilidad expresada por este indicador cotiza en puntos porcentuales. Su objetivo es reflejar las variaciones del S&P500 en un período de 30 días, que luego se anualizan.
Las medidas empíricas han demostrado a lo largo de los años que cuando aumenta la volatilidad implícita, el S&P500 tiende a moverse en una tendencia bajista. Y es por esta razón que los anglosajones le llaman al VIX «the fear index» o «índice del miedo». Las razones de esta tendencia son aun objeto de estudio y debate, pero el hecho es que podemos observar claramente que los movimientos a la baja son en general son más violentos que los movimientos de alza.
La oferta de ETFs
Hoy en día, en Europa, hay 15 ETFs que forman parte de la categoría Morningstar Alt-Volatilidad (ver tabla).
Fuente: Morningstar Direct