Sin duda sigue existiendo una clara desconfianza sobre las perspectivas económicas. Esto pudo verse en enero, con un ligero descenso en los mercados de renta variable de Estados Unidos, así como en las revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento del FMI y del Banco Mundial. Sorprende que ahora ambas organizaciones estén empezando a recortar las previsiones después de pregonar los beneficios que los bajos precios del petróleo tienen en el crecimiento de los países industrializados y justo cuando el crecimiento de Estados Unidos es más fuerte de lo esperado en las últimas estadísticas oficiales. Seguimos pensando que la mayoría de los inversores se han vuelto demasiado pesimistas en sus perspectivas económicas y que los mercados, tarde o temprano, se sorprenderán ante un entorno ligeramente más favorable. Para nosotros este repunte económico es decisivo, ya que no esperamos ver una mayor expansión de los múltiplos.
En cuanto a las acciones, después de la recuperación del mercado de renta variable en Europa, pensamos que es prudente recoger beneficios y reducir nuestra posición en bolsa europea. En primer lugar, después de las últimas decisiones del BCE, acaban de empezar las negociaciones con el nuevo gobierno griego. En segundo, los mercados de valores europeos rara vez suben si los mercados estadounidenses no hacen lo mismo. Y los mercados norteamericanos en la actualidad se están debilitando por los mediocres resultados de las compañías, un dólar más alto, la volatilidad del sector energético y unos indicadores económicos más mixtos. El aumento de la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y sobre el comportamiento futuro de la Fed está alimentando una actitud de “esperar y ver” en el principal mercado del mundo.
Nuestra posición estratégica sobre los mercados de renta variable en 2015 sigue siendo positiva, pero mediante la recogida táctica de beneficios en acciones europeas nos estamos dando suficiente margen para poder comprar en momentos bajistas si la volatilidad regresase al mercado.
En el mercado de renta fija, por su parte, seguimos centrados en bonos europeos de alto rendimiento para aprovechar el carry y en deuda periférica de países como España e Italia. La decisión del BCE impulsará la búsqueda de rendimientos y, en cierta medida, protegerá estos mercados de la volatilidad. Por el contrario, continuamos teniendo un punto de vista negativo sobre los bonos del Tesoro americano. En nuestra opinión, los mercados norteamericanos de renta fija no han considerado el riesgo de que la Fed endurezca su política monetaria en el primer semestre. Y, sin embargo, es probable que esto se produzca dado el tono que se desprende de las últimas actas del Comité de Mercado Abierto. Es verdad que la puesta en marcha de programas de QE en numerosos países ha ejercido cierta presión sobre la Fed, pero, por el contrario, no es cierto que el organismo haya abandonado su plan para volver lentamente a una política monetaria más ortodoxa.
Por último, en cuanto al mercado de divisas, seguimos siendo positivos sobre el dólar a pesar de su reciente apreciación.Hoy todo el mundo está buscando rendimientos y la rentabilidad de los bonos de Estados Unidos y su curva de rendimiento es ahora claramente más alta en comparación con otros países desarrollados.Al mismo tiempo, existe una divergencia significativa entre Estados Unidos y el resto del mundo en lo que respecta a tasas de crecimiento y política monetaria, por lo que es probable que el dólar se mantenga fuerte.
Benjamin Melman, director de asignación de activos y de deuda soberana en Edmond de Rothschild AM (France)