Desde la crisis financiera, el “desapalancamiento” ha sido frecuentemente mencionado como uno de los motivos de la ralentización económica. Mientras las familias americanas –por ejemplo- han reducido significativamente su carga de deuda, un nuevo informe de McKinsey & Co, muestra cómo a nivel global, la deuda ha aumentado en 57 billones de dólares desde 2009.
Además, una parte importante de este aumento se ha producido en economías que ya estaban altamente endeudadas. Como porcentaje del PIB, la deuda global ha aumentado hasta el 286%, desde el 270% en 2007.
Es cierto que este dato puede ser preocupante, pero el mayor y mejor nivel de regulación de los mercados financieros que existe en la actualidad hace pensar que la probabilidad de que asistamos a otra crisis financiera en los próximos años es baja. Sin embargo, las medidas para ajustar los desequilibrios financieros están claramente en la lista de temas pendientes de los legisladores de todo el mundo.
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