La iniciativa “insignia” del Sr. Juncker no logra impresionar en comparación con el potencial impacto que tendría una expansión del balance del BCE. El recién creado Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas está diseñado para estimular la demanda en la eurozona a través de la financiación de nuevos proyectos de infraestructuras. El plan consiste en apalancar 15 veces los 21.000 millones de euros de fondos públicos de la Unión Europea y el Banco Europeo de Inversiones para llevar a cabo 315.000 millones en proyectos de infraestructuras en los próximos tres años. El éxito del programa va a depender de las ganas del sector privado de participar con los 248.000 millones que faltan y la habilidad por parte de los organismos relevantes de identificar proyectos que abran el camino e impulsen el crecimiento económico donde más se necesita. Todavía queda un largo camino para alcanzar el objetivo de la expansión del balance del BCE de 1 trillón de euros, y los mercados permanecerán más centrados en el Sr. Draghi que en el Sr. Juncker.
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