En París, el 7 de Julio de 2014
Señor Présidente,
De buenas intenciones está el infierno lleno. La directiva relativa a los mercados de instrumentos financieros (MiFID) introdujo un elevado grado de transparencia indispensable para la seguridad de los inversores, algo de lo que me congratulo. Sin embargo, los más modestos corren el riesgo de ser víctimas de su revisión, con la generalización de un nuevo modelo entre las distintas gestoras que impone los honorarios como única remuneración de la distribución abierta de fondos.
Los ahorradores con menos recursos económicos se arriesgan a verse privados del acceso a una selección diversificada de fondos de inversión, como se ha observado de manera recurrente en los países que han abrazado esta fórmula. Sin embargo, el canal de la arquitectura abierta y, en concreto, los asesores independientes, atrae aproximadamente el 70 % del ahorro colectivo a largo plazo. ¿Acaso la Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM), regulador que actualmente se halla inmerso en una consulta sobre la MiFID 2, puede apartar la mirada de este reto a la vista de las necesidades de financiación de las pensiones y de la economía?
En Reino Unido, donde ya se aplican estas medidas de control de la distribución, la proporción de ETFs en manos de pequeños inversores no deja de crecer. El interés que despierta el comportamiento procíclico de estos fondos cotizados que replican la evolución de los índices entraña un riesgo sistémico que con razón ustedes, los reguladores, pretenden contener.
Si se priman los productos automatizados sin acompañamiento, ¿quién va a permanecer junto a los particulares para ayudarles a adelantarse a los nuevos periodos de repunte de la volatilidad de los mercados? Solos ante la inmensidad de la oferta de productos para el ahorro y la complejidad de las gamas, y a menudo sin la formación financiera necesaria, los inversores se las verán para elegir aquellas firmas que dedican su talento a gestionar la volatilidad y generar una rentabilidad duradera acorde a sus expectativas.
A día de hoy, el peligro que se cierne sobre el modelo de arquitectura abierta y las opciones que ésta ofrece a todo el mundo es real. Con la adopción de la MiFID 2, la AEVM tiene ante sí la oportunidad de promover el debate a fondo que, todo sea dicho, no llegó a entablarse cuando se votó la norma. Su objetivo será explorar la posibilidad de brindar una vía alternativa para Europa continental que favorezca no sólo una mayor transparencia, sino también una mayor pedagogía con miras a mejorar la cultura financiera de los ahorradores. Precisamente estos últimos podrán escoger entre una remuneración a modo de comisión o de honorarios, en función de los servicios ofrecidos.
Europa avanza cuando se concreta en grandes proyectos al servicio de la ciudadanía. Con la esperanza de que estas inquietudes queden reflejadas en el marco de esta consulta, pongo, señor Presidente, mis equipos a su disposición.
Reciba un cordial saludo,
Édouard Carmignac
Presidente Director General