La semana pasada los inversores prefirieron invertir en compañías de gran capitalización y alto valor en vez de en compañías de menor capitalización y con perspectivas de crecimiento. Por tanto, según Koesterich, no resulta sorprendente que los mercados dieran señales mixtas. El gestor destaca que aunque las ganancias de las empresas se han mantenido sólidas y los últimos datos económicos han dado signos de mejora, los inversores han transferido 9,000 millones de dólares invertidos en renta variable hacia renta fija, lo que está ayudando a mantener los rendimientos de los bonos muy bajos. El experto explica que esto se debe fundamentalmente a cierta aversión al riesgo (sobre todo geopolítico) por parte de los inversores y a la política monetaria expansiva de la Reserva Federal.
En el mercado de renta fija, el entorno de bajos rendimientos está incentivando a muchos inversores a buscar rentabilidad en otras clases de activo. Como consecuencia, un área del mercado que está comenzando a tener una valoración elevada es el bono high yield. En renta variable pasa todo lo contrario: los inversores se están moviendo hacia áreas del mercado relativamente más seguras y por tanto, algunos valores defensivos (como salud, consumo básico y suministros) están empezando a tener también una valoración elevada.