Sin lugar a dudas, hoy en día los inversores son cada vez más conscientes del coste, en términos de pérdida de rendimiento, que supone seguir los índices de capitalización. La aparición de estrategias alternativas más baratas, que evitan muchos de los problemas asociados con los índices de capitalización, significa que la demanda de estrategias realmente “smart” o inteligentes, aumentará.
Normalmente, la rentabilidad derivada de la beta supone más del 80%, y en consecuencia, cada vez más inversores buscan este tipo de soluciones como la base o núcleo de su cartera, añadiendo luego estrategias que generen alfa para aumentar la rentabilidad. En los últimos años ha surgido todo un mercado de estrategias de índices alternativos en reconocimiento a las ineficiencias de los índices de capitalización.
En cuanto a sus características, conviene no olvidar que las estrategias basadas en la beta han de ser comprensibles, de bajo coste (tanto en términos de costes de gestión como de transacción), transparentes -que permitan comunicar claramente cómo está posicionada la estrategia en cualquier momento-, y por último, sistemáticas, lo que significa que los rendimientos deben provenir de la explotación de las anomalías de mercado a largo plazo más que de tomar posiciones de riesgo para explotar las ineficiencias.
Nosotros distinguimos entre “beta alternativo” que consideramos una categorización útil de todos los índices que no son por capitalización. Sin embargo, para nosotros "Smart beta" consiste en estrategias beta alternativas que, además, son "inteligentes". Creemos que para ser considerada "inteligente", una estrategia tiene que evitar el riesgo y los costes innecesarios y debe centrarse en el resultado que el inversor obtiene más que en la creación de diferentes construcciones de índices.
Algunas estrategias de beta alternativas son “inteligentes” y otros no lo son tanto. Los índices tradicionales de capitalización ponderada sin duda no lo son en el sentido de que exponen a los inversores a fuentes de riesgo sistémico estructural que, durante un ciclo completo de inversión, están infra-compensados. Por ejemplo, en el campo de la renta variable, nuestro análisis muestra que las acciones volátiles y aquellas con una escasa sostenibilidad de los beneficios se han comportado como fuentes constantes de riesgo adicional, pero no de retorno adicional. Los índices tradicionales suelen tener también una alta concentración en un número pequeño de valores “mega-cap”.
Desde nuestro punto de vista, entendemos las soluciones de Smart beta, tanto para la renta variable como para la fija como estrategias y no como índices. Nos centramos más en los resultados que en el proceso. Nuestras estrategias de crédito Smart beta son más conservadoras pero cuentan con un alto nivel de diversificación. Aplicamos una filosofía de “Comprar y Mantener”, poniendo el énfasis en limitar la rotación, eficiencia en las transacciones y en evitar los impagos. Por su parte, las estrategias de renta variable combinan los atributos de bajo riesgo y enfoque fundamental, al mismo tiempo que buscan evitar las limitaciones que supone seguir el índice.
Tim Gardener, Head of Global Consultant Relation en AXA IM
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