La semana pasada los Bancos Centrales de Turquía y Sudáfrica subieron los tipos de interés en un intento de detener la caída libre que estaban sufriendo sus divisas. Tras un breve respiro, la lira turca y el rand sudafricano continuaron cayendo, ya que los inversores consideraban que las medidas eran insuficientes y llegaban tarde. Sin embargo, esta vez las ventas de las divisas de mercados emergentes no fueron tan indiscriminadas como el verano pasado. Desde entonces, los Bancos Centrales de Brasil, India e Indonesia han sido proactivos en tomar medidas para arreglar sus déficits por cuenta corriente y subir tipos. Sus iniciativas prudentes han tenido como resultado una “suspensión” en los mercados y sus divisas no han sufrido tanto como las de los países que no prestaron atención a las advertencias del verano pasado.
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