Que los inversores españoles estén apostando por la renta variable española es algo evidente a raíz de los datos de captaciones registradas por esta categoría de fondos. En los últimos seis meses (desde junio del 2013 hasta diciembre del 2013) los fondos de bolsa española han conseguido suscripciones netas por valor de xxx millones de euros, una de las mejores rachas de estos últimos años.
Pero, ¿qué hay del inversor extranjero? ¿Está también apostando por nuestro país como destino de sus inversiones? Hay dos maneras de comprobar el interés de los gestores extranjeros. Primero podemos medir la evolución del peso de los valores españoles dentro de las carteras de fondos de acciones europeas a nivel europeo (teniendo en cuenta los fondos que se distribuyen en nuestro país y los que se venden fuera de nuestras fronteras). El resultado aparece en la tabla adjunta.
Fuente: Morningstar Direct
La primera conclusión que podemos sacar del análisis de esta tabla es que el peso de España ha subido de forma importante en estos últimos meses (bien es cierto que el IBEX 35 con dividendos subió un 31% en el segundo semestre del 2013 frente a un 20% para el Eurtostoxx 50, también con dividendos incluidos).
Hay algunas excepciones como la categoría de RV Europa Capitalización Flexible y la de RV Europa de Alta Rentabilidad por Dividendo en las que el peso de España ha disminuido en estos últimos seis meses. Pero en general el peso de las acciones españolas ha ido ganando peso a lo largo de los meses.
Hay dos curiosidades notables. Primero, el hecho de el peso de España ha variado mucho en estos últimos meses en el MSCI Europe value y en el MSCI Europe Growth. La razón se debe a que en el mes de noviembre valores tan importantes como Banco Santander, Telefónica y BBVA pasaron del MSCI Europe Value al MSCI Europe Growth.
La segunda curiosidad es que si nos fijamos en el peso de España dentro de las categorías de fondos y el peso dentro de los índices de referencia, en general el peso en los índices es superior al peso dentro de las categorías, lo que indicaría que las acciones españolas siguen relativamente infravaloradas por los gestores europeos.