En la inmensa mayoría de los casos, comprar un fondo garantizado supone para el inversor permanecer en ese fondo hasta el vencimiento de la garantía (o hasta que se abra una “ventana de liquidez”). La razón es muy simple. La garantía solo entra en juego si el partícipe ha comprado el fondo durante el llamado periodo de suscripción y sobre si todo si mantiene sus participaciones hasta la fecha de vencimiento.
Si el partícipe decidiera reembolsar o traspasar participaciones antes del vencimiento (o antes de que se abra una ventana de liquidez, que es un periodo durante el cual el inversor puede abandonar el fondo sin coste), sólo recibiría el valor liquidativo de sus participaciones y además debería pagar unas elevadas comisiones de reembolso (que en muchos casos alcanzan el 5%).
Estas circunstancias hacen que en la inmensa mayoría de los casos el inversor que haya comprado un fondo garantizado esté “atrapado” en él hasta su vencimiento.
Eso es la teoría. En la práctica pueden producirse situaciones extraordinarias que pueden hacer que el inversor se plantee vender o traspasar sus participaciones antes de la fecha de vencimiento y pagando la correspondiente comisión de reembolso.
Tomemos, por ejemplo, el caso del Bankinter Índice España 2017 Garantizado. Es un fondo relativamente reciente. Se creó en febrero del 2013 (es decir, tiene menos de un año de antigüedad) y su objetivo es garantizar el 100% del valor liquidativo del 26 de marzo de 2013 más el 60% de la revaloración punto a punto del IBEX 35 hasta su vencimiento (el 22 marzo de 2017).
El fondo acumula una ganancia en torno al 16% desde su lanzamiento. Es una rentabilidad que podemos considerar como extraordinaria teniendo en cuenta el poco periodo de tiempo transcurrido (bien es cierto que el fondo se ha aprovechado del tirón de la bolsa española en estos últimos meses).
El inversor que haya comprado participaciones de este fondo garantizado estará, de momento, muy contento con la ganancia obtenida. Pero, a partir de aquí nadie sabe lo que pasará con el IBEX y la rentabilidad que podrá alcanzar el fondo a su vencimiento. Puede incluso ocurrir que al final el inversor no obtenga ninguna rentabilidad (si el IBEX termina el 26 de marzo 2017 a un nivel inferior al alcanzado el 26 de marzo 2013).
¿Qué hacer entonces?
Si partimos del supuesto de que el que compra un fondo garantizado es un inversor muy conservador (no quiere perder dinero), la rentabilidad obtenida hasta la fecha está muy por encima de lo que hubiera podido obtener con cualquier otra alternativa de riesgo similar. Incluso si le quitamos la comisión de reembolso del 3%, el partícipe se quedaría con una rentabilidad cercana al 13%. Como dice el refrán, más vale pájaro en mano que ciento volando… Y, por lo tanto, estimo que merece la pena pagar esa comisión de reembolso y embolsarse la ganancia obtenida en este fondo.