Los datos publicados la semana pasada en EE.UU. mostraron que le recuperación en dicho país es una realidad aunque se produce de manera irregular. Los datos del PIB estadounidense del tercer trimestre mejor de lo esperados y los buenos datos del mercado laboral de octubre son consistentes con la recuperación de la producción pero el consumo permanece débil. Además, la economía aún tiene problemas estructurales a largo plazo como el lento crecimiento de los salaros, un consumo por debajo de la media y una contracción de la tasa de actividad.
¿Qué implicaciones tiene esto para nuestra perspectiva del panorama global? Probablemente vayamos a ver más de lo mismo en la primera mitad de 2014: crecimiento lento pero positivo, el gasto muy moderado, baja inflación y tipos de interés reales que lentamente tienden al alza.
La clave para los inversores: Permanecer cautos respecto a los activos sensibles a los tipos de interés. Aunque no esperamos que los rendimientos a largo plazo se derrumben, seguimos pensando que una subida de los tipos de interés reales representaría un gran obstáculo para ciertas clases de activos. En particular, seguimos abogando por que los inversores consideren infraponderar:
► Bonos del Tesoro Americano y TIPS (Bonos del Tesoro Americano ligados a la inflación)
► Renta variable con comportamiento parecido al de la renta fija como son los sectores de consumo básico y suministros.
► Oro. Aunque continuamos pensando que el oro tiene su lugar dentro de las carteras, los crecientes tipos de interés reales suponen una amenaza para los metales preciosos.