La combinación de una mejora en el entorno económico de la Eurozona, la crisis del techo de la deuda americana y el retraso de la ralentización del ritmo de compra de activos (tapering) han producido una fuerte subida en el valor del euro con respecto al dólar este año.
Sin embargo, una divisa más fuerte podría no ser lo que la eurozona necesita en estos momentos, ya que implica que las exportaciones resulten más caras, y esto podría ser problemático para muchas economías que están confiando en las exportaciones para su recuperación.Hasta el momento, sin embargo, no ha sido una gran preocupación para los inversores, con el Euro Stoxx 500 alcanzando su nivel más alto en cinco años el pasado mes.
Dicho esto, si el euro continúa apreciándose, el Banco Central Europeo podría verse forzado a actuar recortando los tipos o aumentando la liquidez, en un intento de devaluar la moneda. Una divisa más fuerte hace que los países en crisis parezcan menos competitivos, y también que el proceso interno de devaluación resulte mucho más difícil.
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