Algunas de las preguntas que me hacen los inversores con más frecuencia son probablemente si es momento de invertir en bolsa y qué porcentaje de la cartera dedicar a la renta variable. Son dos preguntas importantes que se pueden contestar de muchas maneras distintas (ya que depende de factores como el perfil de riesgo, la edad, etc), pero que en realidad derivan de una pregunta aún más importante que es si uno debe invertir en bolsa.
Los bajos tipos de interés que ofrecen actualmente los tradicionales productos de renta fija (depósitos, letras del Tesoro, etc) han llevado a muchos inversores (antiguos ahorradores) a plantearse la bolsa como la mejor alternativa para sacarle rentabilidad a su dinero. Estos inversores suelen saltarse esa pregunta básica y van directamente a la cuestión de qué fondos o valores incluir en cartera y en qué porcentaje.
No niego que, de alguna manera, y aunque no lo queramos, nos estamos viendo forzados a “invertir”, en lugar de simplemente “ahorrar” (lea aquí el artículo que publiqué sobre esta cuestión). Tendremos, en efecto, que asumir más riesgos para mantener el mismo nivel de vida en el futuro.
Pero sería un error saltar a pie juntillas en el mundo de la renta variable, sin pararse a pensar primero si uno debe invertir en bolsa. Una de las lecciones que saco personalmente de lo ocurrido estos últimos años en los mercados es que la renta variable es rentable pero siempre y cuando uno tenga la paciencia de esperar a que lleguen los resultados. Esos resultados pueden llegar inmediatamente, por supuesto, pero también existe la posibilidad de que uno tenga que esperar varios años para rentabilizar su inversión.
Mi consejo en este asunto es muy claro. No recomiendo invertir en acciones si uno tiene alguna sospecha de que va a necesitar ese dinero en un plazo de menos de cinco años. Por poner un ejemplo, si tiene un capital que quiere hacer fructificar para comprarse una casa en los próximos 2 o 3 años (no sabe exactamente cuando), NO INVIERTA ese dinero ni en acciones individuales, ni en un fondo de acciones, ni en cualquier instrumento que asuma el riesgo de la renta variable.
Si bien es cierto que tendremos que “invertir” y asumir más riesgos con nuestro dinero si queremos sacarle más rentabilidad o mantener nuestro nivel de vida, la opción de “ahorrar” sigue siendo la mejor para aquellos que no disponen (o no saben si disponen) de un horizonte temporal suficientemente largo.