En un artículo anterior (pinche aquí para leerlo) comenté cómo incrementar el riesgo de una cartera de fondos ya que todo el mundo coincide en afirmar que este año va a ser el año de la renta variable. Los tipos de interés son efectivamente tan bajos (lo cual no significa que n o puedan seguir bajando) que lo más probable es que las rentabilidades que uno pueda obtener de los fondos de renta fija sean bastante reducidas.
Ahora bien, hay una cuestión importante que deja a muchos inversores perplejos. ¿No era una buena estrategia reequilibrar las carteras hacia los activos que peor lo habían hecho y reducir el peso de aquellos que mejor se habían comportado? Y si así es, y puesto que en este último año la renta variable ha batido claramente a la renta fija (hablo de mercados en general, no de determinadas bolsas en particular… como la española) ¿tiene sentido reequilibrar las carteras hacia un activo, la renta fija, que tiene una alta probabilidad de ofrecer a medio-largo plazo un pobre retorno al inversor?
Claramente, sí. Para entender correctamente el razonamiento del rebalanceo de las carteras, hay que olvidarse del aspecto rentabilidad y centrarse en el aspecto riesgo. Dicho de otra manera, el reequilibrio periódico de las carteras no se debe hacer en principio para insuflar rentabilidad a la cartera sino más bien para reducir el riesgo. Para muchos inversores este rebalanceo puede ser psicológicamente difícil, pero tiene una gran ventaja en cuanto a diversificación del riesgo.
Por lo tanto, respondiendo a la pregunta que da el título a esta columna diría que sí, la mayoría de inversores necesitan bonos en sus carteras (salvo, claro, si uno ha decidido de antemano de tener una cartera 100% en renta variable) porque la pérdida potencial que pueden generar los fondos de renta fija es mucho menor que la que pueden ocasionar los fondos de renta variable. Además para que el rebalanceo sea efectivo es importante que se haga de forma automática, sin pensar si realmente uno va a conseguir una mayor rentabilidad. Eso lo dirán los mercados. Lo sabremos a posteriori. Pero lo que sí sabremos de antemano es que con este rebalanceo conseguiremos aminorar el riesgo de la cartera.