Los mercados de renta variable, que parecían desafiar a la gravedad en los últimos meses, bajaron fuertemente esta semana, con el índice de Estados Unidos sufriendo sus peores nueve días de caída desde el suelo del mercado bajista que llegó tras la crisis financiera, en marzo de 2009. El S&P 500 ha caído más del 10% desde su máximo de abril y se halla ahora en mínimos de 9 meses.
La región de Asia Pacífico, pese a sus mejores perspectivas de crecimiento y a no tener problemas inminentes de deuda gubernamental, no ha sido inmune a este sentimiento negativo. Los mercados de Asia Pacífico bajaron ayer Jueves (4 de Agosto) entre un 1,5% y un 5,5%, lo cual significa que muchos han entrado en territorio negativo en este 2011.
En el Reino Unido y Europa los valores también se han visto afectados con fuerza. El FTSE 100 cayó un 3,4%, ayer Jueves, acabando en 5.393 puntos. También ha perdido una décima parte desde su máximo cíclico alcanzado en Mayo, debido a la preocupación que causa entre los inversores la salud de la economía global y la posibilidad de que los intentos del gobierno británico de cuadrar su balance incrementen la desaceleración económica.
Los valores europeos también cayeron abruptamente, perdiendo el índice Eurofirst 300 un 3,3% ayer Jueves. El DAX alemán bajó un 3,4% y el CAC 40 un 3,9%.
Para los inversores, este tipo de volatilidad en un indeseado recordatorio de la montaña rusa en que se convirtieron los mercados en otoño de 2008, así como un examen sobre su capacidad de mantener la cabeza fría mientras otros la pierden, de enfocarse en sus objetivos de inversión a largo plazo y de mantener la calma.
Ayer, durante 24 horas frenéticas:
El Banco de Japón vendió Yenes masivamente en un intento de debilitar la divisa japonesa, que había alcanzado récords contra el Dólar, hiriendo a los exportadores japoneses que intentan recuperarse del pasado terremoto de marzo.
Las rentabilidades de la deuda de Estados Unidos cayeron a un mínimo de nueve meses, el 2,51%, debido a que los inversores opinaron que los tipos de interés en dicho país permanecerían bajos durante más tiempo por el deterioro económico, y a que una nueva ronda de relajación cuantitativa será necesaria.
El precio del oro alcanzó un nuevo récord de más de 1.680$ la onza, cuando los inversores se movieron hacia activos más tradicionales y seguros.
La puntilla para la caída del mercado parece haber sido la conferencia de prensa que siguió a la decisión del Banco Central Europeo de mantener los tipos de interés. Los inversores esperaban que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, daría pistas sobre los planes de compra de bonos gubernamentales europeos para apoyar a los mercados de deuda soberana, especialmente los más problemáticos de la periferia. Pero su falta de concreción asustó a los mercados, que odian la incertidumbre.
La falta de una acción decidida en Europa ha sido la tónica de una semana en la que una gran cantidad de datos económicos han apuntado a una desaceleración de la economía global. Los datos mostraron que las manufacturas en Estados Unidos crecieron al ritmo más lento en dos años, mientras que el gasto personal también cayó. Todos los ojos estarán puestos hoy, Viernes, en los datos de desempleo de Estados Unidos, que servirán de indicador sobre si la mayor economía del mundo se dirige hacia la recesión.
Crece la especulación sobre si la Reserva Federal estará preparando un tercer programa de estímulo monetario (el QE3, por sus siglas en inglés). En este punto, la situación comienza parecerse a la del verano del año pasado, en el cual el declive del mercado fue corregido cuando en agosto Ben Bernanke, presidente de la FED, confirmó que haría lo que hiciera falta para reanimar a la economía norteamericana. Unas pinceladas de lo que se convertiría en el segundo programa de relajación cuantitativa bastaron para restaurar la confianza en los mercados.
Trevor Greetham, Director de Asignación de activos de Fidelity, afirma: “Con la probabilidad de que el crecimiento se reduzca y la política fiscal congelada, esperamos ver una nueva ronda de relajación cuantitativa a finales de año, y esto debería en última instancia beneficiar a los valores y las materias primas. A menos que suceda algo imprevisto que asuste a los mercados, los bancos centrales querrán esperar hasta que la inflación se estabilice antes de tomar ninguna medida. Mientras tanto, el entorno actual apunta a la necesidad de tener una cartera bien diversificada”
Incluso antes de la última caída en los precios de las acciones, las medidas de valoración tradicionales comenzaban a ser atractivas en términos históricos. El PER, que nos dice el número de veces que el beneficio se halla comprendido en el precio de la acción, se mantuvo en alrededor de 13 en Estados Unidos, y la rentabilidad por dividendo de muchas empresas fuertes se comparaba favorablemente frente a los ingresos que proporcionan los bonos gubernamentales hacia los que los inversores nerviosos se dirigen ahora.
Esto también es aplicable a la región de Asia Pacífico, con un PER estimado para este año, en los distintos mercados de la zona, de entre 10 y 15.
Andrew Wells, CIO Global para Renta Fija en Fidelity International, ha dicho: “Estos son mercados muy débiles y se mueven por sentimientos. Además ha habido una serie de problemas técnicos en los mismos que no han ayudado ni a la liquidez ni a la claridad. No aconsejaría a los inversores a largo plazo que vendan en un entorno tan ilíquido y volátil; más bien al contrario, ahora es cuando deberíamos intentar encontrar activos de buena calidad y construir posiciones a largo plazo.” En cualquier caso aclaró que “será un viaje volatil”.
Anthony Bolton, gestor del Fidelity China Special Situations Fund, ha dicho: “En el mundo actual de dos velocidades, pienso que el resumen de la tendencia de los flujos inversores será de salida del mundo desarrollado hacia mercados emergentes como China.”
Nick Price, gestor del FF Emerging Europe, Middle East and Africa Fund, opina: “Mientras Occidente se enfrenta a un futuro de menor crecimiento económico, los mercados emergentes deberían ser incluso más atractivos para los inversores. La transformación de los mercados emergentes continuará pese a la volatilidad a corto plazo que pueda haber este año en los mercados de renta variable.”
En momentos como estos es difícil recordar que en muchas partes del mundo las economías están creciendo rápido, incluso aunque parezca que están estancadas en casa. También es difícil recordar que las bajas valoraciones pueden llevar ya incluidas todas las malas noticias que copan los titulares. Igualmente es difícil recordar que el mercado de renta variable es un mercado de valores en el que las empresas individuales y sus acciones deberían ser evaluadas en base a sus propios méritos.
Por otra parte, también es fácil olvidar la última vez que llegaron malos tiempos y reinó el conservadurismo. La mayoría de las veces, como sabe cualquier inversor a la contra, este es precisamente el mejor momento para invertir. Las crisis siempre generan oportunidades.
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