En la primera parte de este pequeño estudio (pinche aquí para leerlo) mostramos cómo, a rentabilidad idéntica, la favorable fiscalidad de las aportaciones a los planes de pensiones hacían de estos productos unos instrumentos más recomendables que los fondos de inversión para ahorrar de cara a la jubilación siempre y cuando el partícipe reinvierta el ahorro fiscal derivado de las aportaciones. Esa ventaja compensa en muchos casos la peor fiscalidad de los planes respecto de los fondos a la hora de retirar el dinero.
Pero los datos suponen que uno obtiene la misma rentabilidad invirtiendo en un plan de pensiones que en un fondo de inversión. ¿Es esa hipótesis correcta? Bueno si comparamos las medias de categorías comparables de planes y fondos uno aprecia claramente que a largo plazo los fondos obtienen una mayor rentabilidad que los planes de pensiones, entre un 1% anual y un 2% anual, diferencia que sea dicho de paso es algo superior a la diferencia de comisiones de gestión que existen entre ambos productos. En la tabla adjunta las diferencias a favor de los planes aparecen en verde y los datos a favor de los fondos en rojo.
La cuestión ahora es: ¿compensa la mayor rentabilidad de los fondos de inversión la ventaja fiscal de los planes de pensiones? La respuesta es No en muchos casos como vemos en las tablas adjuntas, pero para ello se tienen que cumplir varias condiciones.
Primero, que el partícipe reinvierta en el plan la ventaja fiscal derivadas de las aportaciones.
Segundo, que el tipo impositivo a la hora de retirar el dinero sea muy inferior al tipo pagado durante las aportaciones al plan.
Si uno cumple esas condiciones el plan de pensiones puede ser un vehículo eficaz a nivel financiero-fiscal.